El "Caballo" Suárez ya comenzó a ser monitoreado con tobillera electrónica

Su abogado, Carlos Broitman, reiteró que el estado de salud de su defendido es delicado y pidió que lo dejen "llegar vivo" al juicio oral. Respondió así al fiscal federal porteño Gerardo Pollicita, quien apeló el arresto domiciliario concedido por el juez Luis Rodríguez y puso en dudas que haya motivos de salud que justifiquen ese beneficio.

El extitular del sindicato de marítimos (SOMU) Omar “Caballo” Suárez comenzó a ser monitoreado ayer con una tobillera electrónica, mientras se espera si la Cámara Federal le confirma el beneficio del arresto domiciliario que cumple desde el viernes en la residencia de su hija, en Olivos.

En tanto, el abogado de Suárez, Carlos Broitman, reiteró que el estado de salud de su defendido es delicado y pidió que lo dejen “llegar vivo” al juicio oral.

La tobillera que se le colocó ayer a Suárez, en cumplimiento del programa de vigilancia del Ministerio de Justicia, se sumó a las medidas de vigilancia y restricciones ordenadas por el juez federal Sebastián Ramos, quien le prohibió salir de la casa de su hija en Olivos sin avisar en Tribunales, entre otras medidas, informaron fuentes del caso.

Desde ahora, su situación será monitoreada por el juez federal Sergio Torres, quien reemplazará durante los próximos días a su colega Rodolfo Canicoba Corral, magistrado que lleva la causa contra el sindicalista.

En tanto, el abogado del sindicalista, Broitman, reclamó que “los que creen que es culpable, por lo menos lo dejen llegar vivo al juicio oral”, que tiene pendiente “Caballo” Suárez, como presunto jefe de un asociación ilícita, extorsión y defraudación a la obra social del gremio.

Broitman sostuvo que la culpabilidad de su defendido “se tendrá que demostrar en un juicio, pero si queremos que la Justicia haga justicia, déjenlo llegar vivo al juicio oral y que esto -la detención- no sea una pena de muerte anunciada ni en cuotas”, según declaró a las radios Mitre y Delta.

El abogado del sindicalista respondió así al fiscal federal porteño Gerardo Pollicita, quien apeló el arresto domiciliario concedido por el juez Luis Rodríguez y puso en dudas que haya motivos de salud que justifiquen ese beneficio.

“No están dadas las condiciones ni en Ezeiza ni en Marcos Paz para el cuidado de la salud” de Suárez, insistió Broitman.

Sostuvo además que la resolución del juez “no fue amañada en tres días, sino que era una resolución anunciada, donde la misma Cámara (Federal de Apelaciones), la Sala 1, le había ordenado lineamientos para realizar medidas menos lesivas para la prisión preventiva de Suárez por su estado de salud”.

Citó además “dos dictámenes del Cuerpo Médico Forense que decían que (Suárez) debía estar internado en el Servicio Penitenciario si se cumplían la rehabilitación y las medidas de salud dispuestas, pero no fueron cumplidas”.

Sostuvo que su defendido tuvo “un ACV que le provocó la pérdida de un ojo, pérdida auditiva del oído izquierdo y pérdida motriz”.

En una semana, la causa penal contra el “Caballo” Suárez pasó por tres jueces: Rodríguez que ordenó el arresto domiciliario; Ramos que lo limitó a pedido del fiscal y ahora Torres, que deberá supervisar el cumplimiento de las medidas.

Por otra parte, Ramos concedió la apelación que presentó el fiscal federal Gerardo Pollicita contra el arresto domiciliario y la causa será enviada a la sala I de la Cámara Federal porteña, para que se resuelva si corresponde ser tratada durante el receso judicial de enero o pasará a febrero.

Mientras tanto, Suárez seguirá en la casa de la hija con tobillera bajo supervisión del Programa de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica del Ministerio de Justicia de la Nación, y con una guardia de Prefectura Naval montada en la puerta del domicilio.

Desde ese programa se alertará a la Justicia sobre cualquier “manipulación indebida” o alertas de violación de condiciones de detención impuestas, como es de rigor en el caso del uso de estas medidas.

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