El vicedecano le ofrecía a la alumna alquilarle un departamento

Se conocieron más detalles de los episodios en la Facultad de Ciencias Jurídicas por los cuales la Fiscalía quiere ir a juicio oral por el presunto acoso del abogado a una alumna de primer año de la sede Esquel.

La funcionaria Cecilia Bagnato presentó con supervisión de la fiscal María Bottini (foto), la acusación pública por tentativa de abuso sexual contra Augusto Ferrari, exprofesor y vicedecano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de la Patagonia Sede Esquel.

El hecho y las evidencias que propone la Fiscalía serán discutidos en la audiencia preliminar. La fecha de audiencia será fijada por la Oficina Judicial. Los hechos ocurrieron en 2021, cuando finalizaba la cursada del primer cuatrimestre.

La acusación sostiene que Ferrari intentó mantener trato sexual con una alumna de primer año, quien a esa fecha tenía 18 años. Para ello, se aprovechó de la relación de poder como profesor y como vicedecano, ejerciendo un abuso coactivo.

De acuerdo a los investigadores, hubo acercamientos vía Instagram: le respondía las historias con emoticones de corazones y de “100”, y por WhatsApp le manifestaba que había soñado con ella y si quería viajar con él, entre otras frases. También la invitó a una fiesta de ingresantes, donde le dijo que iban a ser pocos, que no lo comentara.

En otra oportunidad la invitó a salir, propuesta rechazada por la víctima que se encontraba en Trelew, y el acusado le insistía diciendo que en unos días él viajaría a Trelew, pero ella no contestó.

En otra ocasión le propuso salir a un bar de Esquel, que como ella vive en Trevelin, le alquilaba un departamento para que se quedara allí y no tuviera que volver, de acuerdo a las evidencias colectadas.

Las propuestas fueron valoradas por la Fiscalía como de claro contenido sexual, las que afectaron el área de privacidad y de la libre determinación sexual de la joven, intimidándola.

El acto no se concretó por razones ajenas a la voluntad del acusado. La víctima, pese a su miedo e incertidumbre sobre cómo continuaría su vida académica, no accedió a las propuestas, pidió ayuda a una profesora y envió un mail a la Universidad contando tal situación, pero no recibió respuesta.

La acusación pública sostiene que el contexto era claramente asimétrico por el lugar de poder ocupado por el imputado, la diferencia de edad, y su condición de varón, de lo cual se aprovechó para tomar ventaja en este acercamiento de contenido sexual, coaccionando e intimidando a la víctima, según la versión de la acusación pública.

Bagnato señaló que estas situaciones se venían dando desde varios años antes, en las que el acusado, con la misma metodología del abuso coactivo de la relación de poder, realizaba actos tendientes a mantener trato sexual con distintas alumnas. Esto era ocultado por la comunidad de la Facultad, debido al poder que él ejercía y a su condición de varón, existiendo un claro pacto patriarcal para protegerlo, del que formaban parte no sólo hombres, sino también mujeres, dejando desprotegidas a las víctimas. En este sentido, algo similar a lo que ocurrió en Comodoro con un docente de teatro, también denunciado ese año y que recién hace poco tuvo la primera audiencia judicial, aunque en su caso se trata de una denuncia por abuso sexual con acceso carnal cuando la víctima tenía 13 años.

Las fiscales de Esquel señalaron que “en este caso, sin dudas hay que aplicar la perspectiva de género”. Puntualizaron que las mujeres pertenecen a un grupo en inferioridad de condiciones frente al hombre por cuestiones culturales (grupo vulnerable), y que debido a esta situación tienen muchas trabas para ejercer sus derechos. El principal derecho es una vida libre de violencia, que incluye la sexual. “Tener perspectiva de género implica que se tenga en consideración las dificultades probatorias que existen en estos casos, donde los agresores no dejan rastros, y se manejan de una manera que les permite gozar de cierta impunidad por su poder”.

“Desde Fiscalía vamos a prestar especial atención a que este tipo de situaciones no vuelvan a ocurrir, y a que quienes valientemente declararon en el caso, no sean pasibles de ninguna situación que pueda perjudicarlos”, advierte el escrito de las investigadoras.

Fuente: Jornada

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