Vecinos del barrio Juan XXIII manifestaron su preocupación por un prolongado corte en el alumbrado público que afecta a varias cuadras, en el límite con los barrios Isidro Quiroga y Abel Amaya.
La situación, denunciada a El Patagónico, genera alarma en medio de lo que describen como una “creciente ola delictiva” en el sector. “Estamos viviendo sin luz y con miedo porque la oscuridad facilita los robos y ya hemos escuchado tiroteos en la zona”, relataron algunos residentes.
Los frentistas pidieron una pronta respuesta para restablecer el servicio y garantizar condiciones mínimas de seguridad.