Es preocupante el descenso de la actividad comercial en Caleta

Hasta las 9:30 de ayer, el microcentro de Caleta Olivia parecía reflejar el cuadro de una ciudad fantasma ya que salvo similar situación que se registra cada domingo o en días subsiguientes a los feriados de Navidad y Año Nuevo, la mayoría de los comercios permanecía cerrado. Mientras, la circulación de vehículos y peatones era virtualmente nula, algo extraño para una jornada sabatina. No hubo grandes cambios al avanzar las horas ya que hasta el mediodía los comercios tuvieron escasa concurrencia de clientes y las confiterías, dos de las cuales funcionan en servicompras de estaciones de servicio, permanecieron prácticamente vacías, a no ser por el esporádico ingreso de gente que estaba de paso por la ciudad.

Caleta Olivia (agencia)

Este panorama es el reflejo visible de una crisis que se refleja en muchas ciudades del interior del país y de manera particular en localidades santacruceñas donde se incrementa la recesión económica, sobre todo por la dependencia que se tiene de la actividad petrolera, ahora en brusca caída productiva, que deja un tendal de trabajadores despedidos.

Hace pocos días las nuevas autoridades de la Cámara de Comercio revelaron que en el curso de los últimos meses alrededor de 400 comerciantes se vieron obligados a bajar las persianas de sus locales por la drástica reducción de ventas y estimaban que más de diez mil personas emigraron a otras regiones del país por la falta de oportunidades laborales.

Ayer mismo El Patagónico recogió el comentario del propietario de una casa de venta de artículos de computación, quien dijo que prefería abrir las puertas luego de las 10 en las mañanas de sábado porque antes de esa hora nadie llega y además tenía temor de estar en solitario por cuestiones de seguridad pública.

También contó que otros comerciantes han reducido su plantel de personal y no pocos optan por no abrir los sábados ya que las ganancias son ínfimas.

En otro sector, un taxista se quejaba porque en un lapso de tres horas solo había transportado a un pasajero y en una zapatería contaron que ahora es habitual que la gente adquiera calzados con planes de doce cuotas cuando las compras superan los dos mil pesos.

A todo esto, muchos políticos que caminaban las calles en los tiempos preelectorales legislativos de octubre, desaparecieron junto a sus gigantografías que los mostraban sonrientes y de ellos solo quedan algunos locales de campaña cerrados, como si permanecieran a resguardo para las elecciones generales de 2019.

Mientras tanto, la actividad de la industria de la construcción no solo no se reactiva sino que las pocas obras que estuvieron en marcha hasta hace pocos meses, como las de la Autovía, Avenida de Circunvalación y Planta de Osmosis Inversa, siguen paralizadas por cuestiones judiciales, empresarias y políticas y cientos de obreros continúan reclamando por su salarios vencidos.

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