La mayoría de estos microorganismos están en el tracto digestivo y contribuyen a la digestión, la eliminación de patógenos y la producción de proteínas es esencial. A veces, esta comunidad también puede rebelarse y fomentar enfermedades, desde la diabetes a los trastornos mentales. Los detalles de estas conexiones no están claros, porque gran parte del microbioma es aún territorio sin explorar.
El nuevo estudio ha analizado la composición genética del microbioma de dos personas y ha encontrado en ambas una nutrida comunidad de virus bacteriófagos, literalmente devoradores de bacterias, viviendo entre microbios.
Los investigadores han identificado de qué especies son esos virus y después han cruzado los datos con los de otras 64 personas de varios países. Los resultados, publicados en la revista PNAS, muestran que la mitad de los voluntarios, todos sanos, tienen en sus intestinos los mismos 23 virus bacteriófagos. En cambio, al analizar a pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, dos dolencias inflamatorias del intestino, encontraron una comunidad de virus más reducida y diferente a la de personas sanas.