Soledad Antieco llegó a Comodoro Rivadavia en 2022 para estudiar la Licenciatura en Trabajo Social en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Sin embargo, desde antes de comenzar sus estudios, ha tenido que enfrentar una batalla personal contra una enfermedad crónica: la endometriosis. "Me diagnosticaron a fines de 2018, pero desde muy joven sufría dolores incapacitantes. Durante años los médicos me decían que era normal, que era parte de la menstruación, y yo lo creí", explica Soledad a El Patagónico.
La endometriosis, una enfermedad en la que el tejido del endometrio crece fuera del útero y se adhiere a otras partes del cuerpo, como ovarios, vejiga, intestinos y alrededores de la zona pélvica, provoca dolores severos, inflamación, sangrados abundantes y prolongados, problemas gastrointestinales y, en la mayoría de los casos, infertilidad. A parte de las consecuencias a nivel psicológico y emocional. “A los 11 años tuve mi primera menstruación y desde entonces los dolores eran intensos, pero siempre me decían que era algo normal. Empecé a tener síntomas más graves alrededor de los 14 o 15 años, cuando cada vez que comía me inflamaba y sufría calambres muy fuertes", cuenta. Sin embargo, fue en 2018, después de una cena con una amiga que terminó con dolores incapacitantes, cuando decidió acudir al hospital.
"Estaba tan inflamada que pensaron que podría ser un bebé muerto en el vientre por la cantidad de flujo y contracciones. Me derivaron al materno para realizar las ecografías correspondientes y no había rastros de embarazo, por lo que me trasladaron al hospital zonal de Trelew, pensando que era apendicitis, una vez que realizaron la operación me diagnosticaron endometriosis", relata. Desde entonces, su vida ha estado marcada por una serie de tratamientos que, lejos de aliviar completamente sus síntomas, han generado nuevas complicaciones.
UN RECORRIDO DOLOROSO ENTRE TRATAMIENTOS
Soledad ha pasado por múltiples tratamientos hormonales. "Los primeros tratamientos fueron con anticonceptivos para frenar las menstruaciones, pero no funcionaron. Luego me colocaron un dispositivo SIU de progesterona, pero seguía con hemorragias y dolores", recuerda. Los altos costos de los tratamientos y la falta de cobertura médica han sido una constante en su vida desde entonces.
Uno de los medicamentos que le dieron un respiro temporal fue un fármaco utilizado para el tratamiento del cáncer de próstata, entre otras patologías. "Ese fue el que más me alivió, pero los efectos secundarios eran terribles. Lo usé durante siete meses, que es el máximo permitido porque su uso prolongado puede causar graves enfermedades", explica. Aunque este tratamiento mejoró sus síntomas, Soledad tuvo que dejarlo debido a los riesgos para su salud.
"Es una enfermedad que te afecta cuando quiere y como quiere", comenta con resignación. "Puedo estar bien un mes y luego pasar semanas con sangrados abundantes y dolores que me incapacitan totalmente. He tenido meses en los que no podía levantarme de la cama ni caminar, con vómitos y calambres que me dejaban completamente abatida y a veces inmovilizada".
SIN OBRA SOCIAL Y CON RECURSOS LIMITADOS
Actualmente, Soledad no cuenta con obra social. "En su momento tenía, pero ahora no, ya que en la ciudad no se encuentra la obra social ADOS Trelew con la que contaba. Todo lo que gasto en medicación y consultas sale de mi bolsillo", señala. Su ingreso principal proviene de una mínima ayuda social que recibe mensulamente. Además, tiene un emprendimiento de indumentaria y accesorios, y se dedica a realizar perforaciones corporales, pero esto apenas le permite cubrir sus necesidades básicas. "Lo que gano me alcanza para el día a día, pero los tratamientos son extremadamente costosos. Me cuesta sostener mis emprendimientos porque a veces el malestar psicológico que me causa la enfermedad me quita las ganas de seguirlos”.
Además de los medicamentos, Soledad debe seguir una dieta específica para personas con endometriosis, lo que también incrementa sus gastos. "Estoy tratando de seguir la dieta, pero es muy cara. Tengo que evitar carnes rojas, alimentos con gluten y lácteos, lo que hace que todo sea más caro. Antes me manejaba con el comedor universitario, pero ahora no puedo porque los alimentos que puedo consumir no están disponibles ahí", agrega.
EN BUSQUEDA DE LA SOLIDARIDAD
Ante esta situación, Soledad decidió organizar una rifa para recaudar fondos y cubrir sus próximas consultas. "Es la primera vez que hago algo tan personal como una rifa. Siempre colaboré con rifas de otras personas, pero nunca había hecho una para mí", comenta. La rifa, que se sorteará el 18 de septiembre, busca cubrir los honorarios médicos, que rondan los 50.000 pesos por consulta. “Los estudios médicos que me estoy haciendo son con especialistas en endometriosis de Buenos Aires. Entre ambas consultas y los nuevos tratamientos que me indicarán, no sé cuánto voy a necesitar, pero es urgente para mí llegar a un diagnóstico y tratamiento para poder tener una mejor calidad de vida y poder realizar tareas con normalidad", sostiene.
Soledad también busca visibilizar la endometriosis a través de esta iniciativa. "Me parece muy importante difundir qué es la endometriosis, porque muchas mujeres no saben que lo padecen. Es una enfermedad que afecta a 1 de cada 10 mujeres en edad fértil, pero muchas veces se minimiza o se tarda en diagnosticar", advierte. Quienes quieran adquirir alguna rifa o colaborar con Soledad puede seguir la cuenta de Instagram @endometriosos.comodoro o donar a su alias soledad.psicodelia25 o seguirla en sus emprendimientos @psicodeliarock_25 y @perfor.arte_.
GRUPO ENDOMETRIOSIS COMODORO
Soledad destaca el fundamental apoyo y contención que recibió del grupo “Endometriosis Comodoro”, que se encarga de difundir información sobre la enfermedad y dar apoyo a aquellas personas que la padecen: “En 2023, a un año de llegar a la ciudad, conocí el grupo de Endometriosis Comodoro, gracias a una conocida que me pasó el Instagram. Inmediatamente me comuniqué para ver de qué se trataba y me agregaron a el grupo de WhatsApp de Endometriosis Comodoro. Siento que entrar al grupo fue un antes y un después porque a pesar de tener gente que me acompaña y me apoya nunca había conocido a alguien que me entienda con respecto a lo que se siente transitar la enfermedad. en este grupo no solo encontré eso, sino que encontré apoyo, consuelo, información tanto de síntomas que a veces no sé si son de la endometriosis y me asustan, como ayuda a acceder a distintos tipos de medicación o información sobre otros profesionales, sobre tratamientos alternativos cuando no se puede acceder inmediatamente a un tratamiento farmacológico, etc”.
Y agregó: “el grupo me permitió conocer más sobre la enfermedad, sobre distintos procesos, porque a cada una le afecta diferente y lo que le puede funcionar a una a otra no, y poder compartir con mujeres que tienen la misma enfermedad que yo, compartir charlas, abrazos, palabras de aliento. Para toda mujer que padezca la enfermedad está bueno contar con esta red de apoyo, de contención y sobre todo de comprensión qué es lo que a veces más cuesta con esta enfermedad. Estoy muy agradecida con el grupo porque me han brindado otra forma de ver, de transitar y de procesar esta enfermedad y en este caso también me han ayudado mucho con respecto a la rifa y no solo eso, sino que me dieron fuerzas para tomar ciertas decisiones que me costaban mucho. El trabajo que llevan a cabo las referentes del grupo es digno de ser reconocido. y yo agradezco hoy poder ser parte del grupo Endometriosis Comodoro”.
CAMINO POR DELANTE
A pesar de las dificultades económicas y emocionales, Soledad sigue adelante con sus estudios y sus esfuerzos por visibilizar la enfermedad. "Es muy difícil seguir estudiando cuando la salud se vuelve una prioridad tan urgente. Me distraigo de lo que vine a hacer acá, que es estudiar, pero no tengo opción. Si no junto el dinero, no puedo acceder a un tratamiento", explica.
Soledad anhela un futuro en el que no tenga que realizar rifas para pagar sus consultas. "Lo ideal sería tener un trabajo que me permita cubrir mis gastos y seguir estudiando, pero por ahora no es posible tanto por los horarios de cursada, como por mi enfermedad que me suele dificultar mucho. También sería de gran ayuda contar con un sistema de salud pública que realmente se especialice en endometriosis. Por ahora, la difusión es lo más importante, que los médicos se informen y que se tomen cartas en el asunto a nivel local y nacional. La salud debería ser un derecho y no un privilegio, ojalá la ley de endometriosis llegue a regir en todo el país”, señala y concluye con agradecimientos “estoy muy agradecida con las personas y emprendimientos que se acercaron para colaborar con su compra y con donaciones para los premios. Al igual que estoy agradecida con toda la gente que está difundiendo tanto la rifa como la enfermedad, a pesar de no ser de la ciudad mucha gente colaboró y colabora aún sin conocerme”.