La actividad económica tuvo una fuerte caída en mayo

El Gobierno de Mauricio Macri tuvo en mayo la peor recesión economica de su Gobierno y sufrió una contracción de 1,4%, respecto a abril. A la crisis cambiaria se sumó el desplome del 35,2 por ciento de la actividad agropecuaria.

El Gobierno de Mauricio Macri pasa por su peor momento. El dólar sigue inestable, la inflación continúa creciendo y el acuerdo con el FMI sufre un fuerte rechazo de la sociedad.

Ayer se conocieron los nuevos datos del Indec y no son nada alentadores para la administración de Mauricio Macri. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, la actividad económica se derrumbó 5,8 por ciento en mayo en comparación con el mismo período de 2017, mientras que el acumulado entre enero y mayo mostró un leve crecimiento del 0,6 por ciento con relación al mismo período del año pasado, según el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del Indec.

La caída de la actividad económica interanual es la más brusca registrada en la era Cambiemos, solo cercana al 4,9 por ciento en junio de 2016, el peor año económico de la alianza gobernante, frente a las bases comparativas de 2015.

Para encontrar un registro de actividad tan bajo hay que remontarse hasta julio de 2009, cuando los coletazos de la crisis internacional del año anterior impactaron en la Argentina.

En la comparación con el mes anterior, el indicador también mostró una caída en la actividad del 1,4 por ciento. En abril el indicador había encendido la primera alarma de caída interanual al arrojar una baja del 0,6 por ciento.

En el quinto mes del año, las actividades que más afectaron el derrumbe de la actividad fueron “Agricultura y ganadería” (35,2 por ciento) y “Pesca” (29,2 por ciento).

Las otras ramas en rojo, que incidieron en la caída del indicador, fueron “Impuestos netos de subsidios” (2,7 por ciento) y “Transporte y comunicaciones” (4,9 por ciento). Entre las actividades que finalizaron con saldo positivo, solo la “Intermediación financiera” alcanzó los dos dígitos (10,8 por ciento), seguida por “Actividad inmobiliaria” (4 por ciento) y “Construcción” (4,4 por ciento).

Las señales anteriores de ralentización de la economía habían surgido en los meses previos a la corrida cambiaria, que llevó el dólar a un techo histórico de 30 pesos, cuando se registró un crecimiento desestacionalizado del 0 por ciento en febrero y del 0,3 por ciento en marzo.

En el primer trimestre del año, la actividad económica había acumulado un crecimiento del 3,5 por ciento, que desastacionalizado, reflejaba una suba solo de 1,1 por ciento, frente a una base de comparación muy baja de un crecimiento ( 0,1 por ciento) en el primer trimestre de 2016.

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