En el percance también se perdió el satélite Amos-6, de la empresa SpaceCommunication, basada en Israel, que iba a ser utilizado por Facebook para ampliar el acceso a internet en África.
Las pérdidas materiales fueron cuantiosas: el costo estimado del satélite es de US$195 millones, además de lo que vale el cohete mismo, unos US$60 millones.
Si bien el incidente no dejó heridos, la dramática explosión representa un preocupante traspié para SpaceX, que planeaba empezar a trasportar astronautas por primera vez a la Estación Espacial Internacional bajo contrato con la NASA.