A casi 7 meses de la muerte de Jorge Lanata, se llevó adelante la sucesión en la que se supo qué le dejó el conductor a cada uno de sus hijos. En este contexto, se filtró que Sara Stewart Brown, la ex pareja del conductor, cobró una importante suma de dinero en dólares, por lo que generó especulaciones respecto a cómo le cayó esto al resto de la familia.
Durante el romance que mantuvo con Jorge Lanata, Sara Stewart Brown tuvo junto a él a su hija Lola. Es por eso que al llevarse a cabo la sucesión le tocó cobrar una importante suma de dinero. Al conocerse esta noticia, generó una gran incógnita sobre cómo le podría pegar esto a las otras mujeres del periodista; o incluso a sus hijas.
Sin embargo, se supo que la artista plástica mantiene un vínculo ameno con Andrea Rodríguez, la primera esposa de Lanata y madre de Bárbara Lanata. . "Sí, somos familia. Incluso, cuando yo estaba con Jorge y debía irme de viaje, Lola se quedaba con su hermana en la casa de la madre”, marcó sobre la unión que tienen.
“Siempre que estamos juntas nos divertimos mucho. Se armó algo lindo; es nuestro grupo familiar. Lola vive conmigo, Bárbara en su casa y Andrea en la suya. Pero nos juntamos mucho, vamos al cine, salimos a comer. Lo de la familia ensamblada sucedió toda la vida", comentó, en diálogo con La Nación, para demostrar que hay buena onda entre ellos.
En este contexto, habló sobre cómo se dio la elección del nombre de su hija junto al conductor: "A Jorge le encantaba porque así se llama la hermana mayor de Juan Caparrós. Es gente que él adoraba porque Martín era uno de sus mejores amigos. Nos gustaba mucho, aunque sonaba un poco cacofónico: Lola Lanata. Finalmente no nos importó. Hoy ella está muy bien, tiene 20 y trabaja en periodismo. Hace producción, también”.
A la hora de hablar sobre la herencia de Jorge Lanata, sin ánimos de dar muchos detalles, marcó que se quedó con sus gatos, entre otras cosas. Que si bien no es una herencia millonaria, eran un verdadero tesoro para el periodista: “Él se los compró, pero le hacían lío en la casa. Así que se los mandó a Lola. Son unos gatos rusos hermosos, pero quilomberos. Gatini y Gatuni se llaman. Y conviven con Bitch, la perra rescatada que se los banca”.