Caleta Olivia (agencia)
Las roturas de neumáticos y llantas son las quejas más constantes, a lo que se suman los espontáneos “volantazos” de algunos conductores que, para evitar los pozos, protuberancias y grietas, se cruzan de carriles de manera peligrosa.
Los policías de Ramón Santos poco pueden hacer desde la función específica que tienen asignada, al margen de transferir verbalmente esas advertencias a sus superiores o hacia algún administrativo de Vialidad Nacional que pasa por el lugar a bordo de una camioneta de la repartición.
De todos modos se supo que algunos policías se hicieron de palas y fueron con el patrullero a tapar con tierra enormes baches, entre ellos los que se formaron en la recta ubicada frente al cerro Pan de Azúcar.
De ese modo repitieron lo que habían hecho hace más de un año, cuando también un enfermero de Caleta Olivia decidió por cuenta propia cementar varios agujeros y su esposa difundió un video por redes sociales que se viralizó y tuvo repercusión nacional.
EL PELIGRO ACECHA
Lo cierto es que esas valorables acciones comunitarias resultan insignificantes para prevenir nuevos accidentes de tránsito, dado que a consecuencia de las crudas heladas se aceleró el proceso de desintegración del antiguo pavimento, en una extensión de 45 kilómetros.
En tanto, las obras de la autovía siguen paralizadas desde diciembre de 2017 y Vialidad Nacional, pese a las promesas, no da indicios de reactivarlas luego de que se las quitara la empresa CPC cuyo parque vial sigue abandonado y arrumbado a la vera de la ruta y dentro del obrador situado a unos 15 kilómetros norte de Caleta Olivia.
Además, no son pocos los conductores de vehículos livianos que prefieren desplazarse por varios kilómetros ya pavimentados de la inconcusa autovía sin ningún tipo de control pero la mayoría sigue circulando por la vieja traza profiriendo frases de indignación e irreproducibles
No es para menos, sobre todo en algunos sitios extremadamente peligrosos cercanos al paraje La Lobería, donde se agrandaron las grietas y se deprendieron trozos de pavimento que ya no resiste el paso de camiones con pesadas cargas.
Ciertamente, resulta una ironía que el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, haya dicho el jueves por la noche en un canal de televisión porteño que en el país se están pavimentando rutas como no se hizo en los últimos sesenta años.
Citó como ejemplos obras en ejecución y a ejecutar en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe a través del denominado Programa de Pavimentación Participativa (PPP), pero no incluyó ningún nombre de provincias patagónicas.