Se terminó la espera de cinco años. El mundo ya tiene a su nuevo hombre más rápido: Lamont Marcell Jacobs. El italiano se impuso en la prueba madre del atletismo, los 100 metros llanos, y se quedó con la medalla de oro en Tokio 2020 con un tiempo de 9s80.
El nacido en Texas, Estados Unidos, pero que compite para Italia, se quedó con la medalla dorada en una carrera muy pareja y sucede en el trono máximo de la velocidad mundial nada menos que a Usain Bolt, ganador en Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016.
Jacobs ya había hecho historia siendo el primer italiano clasificado a la final de los 100 metros, y hasta había batido el récord europeo en las semifinales, que volvió a quebrar en la final. Además, Jacobs volvió a poner a un europeo en lo más alto del podio olímpico en la especialidad tras 29 años, luego de que el británico de origen jamaiquino Linford Christie ganara el oro en Barcelona 1992.
Pavada de herencia recibe Jacobs, que se impuso sobre el estadounidense Fred Kerley, quien marcó 9s84 y el canadiense Andre de Grasse, quien se quedó con el bronce con un tiempo de 9s89. Los tres lograron sus mejores marcas personales.
Antes, el británico Zarnhel Hughes había partido en falso y fue descalificado, mientras el nigeriano Enoch Adenoke no pudo llegar a la meta porque se lesionó en el medio de la carrera.
En definitiva, hay un nuevo rey olímpico de la velocidad y se llama Marcell Jacobs. El italiano, apenas cruzó la meta, su fundió en un abrazo con su compatriota Gianmarco Tamberi, que acababa de ganar el oro en salto en alto.