En un tono intimista, de balance y hasta un poco triste, el presidente Mauricio Macri habló ante sus funcionarios y dirigentes en el que tal vez sea el último de sus discursos ante su gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner.
Tras escuchar a Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, el mandatario aclaró que no se va a correr a un costado y que tiene previsto liderar la oposición: "Desde el lugar donde me toque, voy a seguir trabajando para lograr ese país que nos merecemos. Para los que desde 2003 me vienen preguntando si me voy a retirar de la política, les digo: estoy acá, no me voy a ir a ningún lugar. Hay Mauricio para rato. O debería decir: hay Gato para rato". Además, le atribuyó "al clima" la ausencia de los radicales.
Fue el primer encuentro masivo después de la derrota del 27 de octubre y tal vez el último de los gabinetes ampliados que protagonizó Macri -aunque no se descarta que haya uno final, de despedida-, cual guía de autoayuda o pastor evangélico. Si no fue el último, por lo menos, tuvo el tono de balance y despedida. El encuentro tuvo ausencias notables: no estuvieron los aliados radicales, ni la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que anunció su retiro de la política partidaria. Tampoco la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de paseo por Nueva York.
Macri disculpó, en particular, a los gobernadores radicales, que faltaron en masa. "Si hubiesen estado hoy los gobernadores radicales, hubieramos estado en la misma sintonía. El mal tiempo, me dicen, no les permitió llegar", los excusó. "Hubo una comunión de tres espacios. Y si llegamos a este final, no con el resultado que esperábamos, es porque cada uno hizo su parte", aseguró el Presidente.
"Este equipo ha tenido aciertos y desaciertos, pero hemos logrado transformaciones importantes. La más importantes es haber despertado millones de argentinos a recuperar la esperanza de que se puede. Se pudo gobernar con honestidad y todos nos vamos a casa con la conciencia tranquila y las manos limpias. Se pudo cambiar la cultura del poder, porque hemos gobernado sin abusos, con humildad y con generosidad", fue su balance de su gestión.
"No podemos dejar de estar orgullosos de las cosas que logramos. Pusimos en marcha un Estado, que tenía sus estructuras llenas de trabas y corruptelas", afirmó, sin más detalles. El tema que excluyó claramente: la economía.
Buena parte de su discurso estuvo destinado a decirles a los suyos que no dará un paso al costado y que sigue siendo el líder. "Esta fue la experiencia más importante de mi vida. Un compromiso así no termina porque termina una gestión de gobierno", afirmó.
"Vuelvo a pensar por qué me metí en esto. No porque estoy loco, sino porque estoy loco de amor por mi país y su gente. Y lejos de sentirme decepcionado, estoy más enamorado que nunca de mi país y de mi gente", remarcó. Y luego cerró con la frase que todos estaban esperando: "Hay Gato para rato". Lo aplaudieron de pie.