Todo sucedió en juzgado, a puertas abiertas y subiendo el tono. Se hablaba de una cédula de notificación observada durante el trámite de una demanda. Fue entonces que el abogado le dijo a la funcionaria del juzgado en lo Civil y Comercial Federal 10 porteño que lo atendía que le era muy difícil hablar con “una mujer o con las mujeres” y, en particular, con “alguien de mente tan rígida”, como a su juicio era su interlocutora. Ella le exigió “respeto por su condición de mujer” y le preguntó “si conocía la Ley Micaela”, de capacitación obligatoria en violencia de género. Según el acta, el letrado respondió que se trataba de una “estupidez total”.
El episodio derivó en una sanción de apercibimiento al letrado por parte del titular del juzgado y una notificación al Colegio Público de la Abogacía de la ciudad de Buenos Aires. Ambas decisiones acaban de ser confirmadas por la Cámara en lo Civil y Comercial Federal. El Tribunal de Apelaciones remarcó la obligación de guardar “decoro” por parte de todo profesional que actúa en la Justicia “sea cual fuere el género de su interlocutor”.
El día de la discusión, el titular del juzgado Gonzalo Auguste recibió al abogado en su despacho. Escuchó las explicaciones, no se convenció y el 2 de noviembre lo apercibió por escrito. El artículo 35 inciso 3 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación permite a los jueces aplicar ese tipo de sanción a los abogados. En este caso, se lo exhortó a “evitar la reiteración de conductas similares” y se ordenó “la comunicación” de la sanción al Tribunal de Disciplina y a la Comisión de los Derechos de la Mujer del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
La decisión tuvo en cuenta la “desagradable situación vivida” por la funcionaria, relatada de igual manera por ella y por el personal del juzgado presente. Ante el juez, el abogado se expresó de manera correcta, dio una versión diferente de los hechos pero “demostró lamentablemente” una “nula capacitación” en perspectiva de género “tratando de explicar lo inexplicable” sobre sus dichos, se advirtió en esa resolución.
“Si bien vemos a diario que muchas veces cuando acontecen situaciones como la que aquí se analiza, donde se produce una manifestación de desprecio o descalificación por el hecho de tratarse de una mujer, se las naturaliza y minimiza, debo dejar en claro que quien suscribe no tolera ni tolerará expresiones donde se ataque, descalifique o estereotipe a la mujer, tanto de parte del personal, funcionarios y funcionarias del juzgado, como de quienes asisten al mismo”, escribió el juez.
Y recordó que en el país “existe una amplia normativa interna e internacional en favor de la eliminación de todas las formas de discriminación hacia las mujeres, lo que implica la asunción de compromisos internacionales por parte del Estado argentino”.