Los autores del hecho, aún no identificados, ingresaron al local lanzando contra el grueso vidrio de la puerta uno de los tantos trozos de mampostería que quedaron en las inmediaciones luego que el municipio reparara cordones cunetas.
El ventanal quedó astillado y fue evidente que los malvivientes lo desplazaron con sus manos o a patadas y luego se apoderaron de numerosos dispositivos telefónicos que se hallaban en una estantería de piso, para luego escapar rápidamente.
El comercio dispone de una cámara de vigilancia en el exterior, pero no se sabe si estaba en servicio al igual que el sistema de alarma dado que los empleados y la policía se abstuvieron de responder a las consultas periodísticas.
Solo dijeron que estaba esperando la llegada del propietario del comercio que tiene la franquicia de Claro, el cual reside en Comodoro Rivadavia, pero hasta pasado el mediodía no se había hecho presente.
Lo llamativo es que el hecho delictivo recién se habría descubierto alrededor de las nueve de la mañana cuando los empleados llegaron para cumplir con su horario de trabajo.