La Superliga de fútbol (SAF) dejará de existir a partir de la próxima temporada, ya sin el apoyo de River Plate, el único grande que todavía la sostenía, y se creará un nuevo ente que tendrá cierta autonomía, pero con la potestad que la Asociación del Fútbol Argentino tenga la última palabra. Según un proyecto al cual tuvo acceso la agencia NA, que todavía puede sufrir algunas modificaciones, la decisión dirigencial de disolver la Superliga está tomada, y en Viamonte 1366 sostienen que no es necesario un resarcimiento económico.
La decisión, inclusive, podría ir por encima de una votación en una Asamblea Ordinaria, en la que se necesitará tres cuartas partes de los votos, ya que en caso de que no se consigan los sufragios (hoy se especula que están), AFA considera que "la ejecución del presente proyecto requiere rescindir unilateralmente y/o resolver los términos del contrato de colaboración suscripto por AFA y SAF el 27 de julio de 2016".
Además, la AFA se cubre en que si la SAF "avanza sobre una acción civil indemnizatoria, los beneficiarios serían sus integrantes, por lo que esa medida iría en contra de los intereses de los mismos clubes". Los pasos a seguir serán los siguientes: en alguna reunión venidera de Comité Ejecutivo de AFA se llamará a Asamblea Extraordinaria, con 30 días de anticipación, tal como se encuentra establecido por reglamento. El objetivo será modificar el estatuto, para que se accione la desaparición del ente que hoy conduce el fútbol de la máxima categoría.
En la actualidad, hay 46 integrantes en la Asamblea Ordinaria: 24 pertenecientes a la AFA en sí, que votarán de manera unánime, y 22 representantes de la Primera División, la mayoría distanciados con la Superliga. Con 35 sufragios a favor, alcanzará para que la SAF vuelva a la órbita de AFA, que derivará en su mudanza de nuevo a Viamonte (sus actuales oficinas están en Puerto Madero), y que su CEO, Mariano Elizondo, quien asumió sin ser dirigente de fútbol, deje el cargo.