Un docente universitario aprobaba a sus alumnos si asistían a su academia

Un docente de "Microbiología e Inmunología" perteneciente a la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba, obligaba a los alumnos a asistir a su academia privada para aprobar.

Un docente de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba fue condenado, este jueves, a cumplir ocho años de su vida encerrado en una prisión por el delito de "extorsión" contra sus alumnos, a quienes obligaba a concurrir a una academia de su propiedad para aprobar la materia que dictaba.

La Justicia Federal encontró culpable al docente Luis Augusto Olmedo, de 70 años, luego de varias denuncias de sus alumnos universitarios. El Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) también condenó a Adrián Oscar Casalis —cinco años y seis meses de prisión— y a Augusto Massimino a —cinco años de prisión—, colaboradores del dueño de la propiedad.

Tras una investigación que data del 2020, el también odontólogo quedó inhabilitado por el lapso de 10 años para ejercer la docencia y en cargos públicos.

Por otra parte, la denuncia también cayó sobre la figura de la decana de la Facultad de Odontología cordobesa, identificada como Mirta Spalidero de Lutri. Los jueces camaristas Carolina Prado, Jaime Díaz Gavier y Julián Falcucci la condenaron a un año y 10 meses de prisión en suspenso, a partir del considerado delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público", por lo que también fue inhabilitada a ejercer el cargo.

La denuncia partió de los alumnos que elevaron las quejas sobre las extorsiones que recibían por parte del docente y que la imputada no inició una investigación administrativa correspondiente, ni puso al tanto a la Justicia.

La causa contó los testimonios de más de 50 alumnos, quienes denunciaron al docente de la materia Microbiología e Inmunología que les exigía un comprobante de acreditación a su academia privada para prepararse antes de rendir, y en caso de no presentar el recibo, eran desaprobados, perjudicando el avance en la carrera.

Uno de los ejemplos citados por las víctimas es que si se resistían a las maniobras extorsivas, los obligaba a rendir en más de diez oportunidades para aprobar la asignatura. Otro testimonio de un alumno sostuvo que fue aplazado hasta seis veces por prestar el apunte a un compañero que no podía pagar la matrícula de la academia.

El fiscal Maximiliano Hairabedian consideró por parte de Olmedo un ejercicio despótico del cargo, maltrato y aprovechamiento de la asimetría existente entre su posición de poder respecto a la vulnerabilidad de los alumnos.

Desde el año 2000 hasta el 2016, la academia "Apoyo Odontológico Córdoba", a cargo de Casalis —quien no era profesional médico y dictaba clases— funcionaba bajo la fachada de un centro de enseñanza y dictaba el material que luego su colega Olmedo tomaba en los exámenes en la universidad.

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