Whiskey con "e": la bebida artesanal hecha en Comodoro

La producción es de solo 300 botellas por mes. Se consigue en las principales ciudades de Chubut y en otros lugares de la Patagonia.

En Bella Vista Sur se encuentra el germen de uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Chubut que, de a poco, está dejando de ser secreto: allí, Gabriel Carrizo produce de manera artesanal el whiskey Huella de Zorro.

Apenas unas 300 botellas por mes, pero en crecimiento: cuando empezó, en diciembre de 2023, eran 27, que comenzó a comercializar en febrero de este año. En abril había cuadruplicado esa producción para llegar a 100, y ahora, ya triplicó la producción de abril.

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¿Por qué “whiskey” y no whisky? Para los conocedores seguramente es una obviedad pero para quienes no lo son, vale la pena aclararlo: es que se trata de un whiskey de estilo americano 100% elaborado con maíz. “Similar a un bourbon pero más fácil de tomar, no tiene el acetonado que por ahí tiene un bourbon, es mucho más amable”, detalló Gabriel.

El ahora whiskero fue antes cervecero. “Yo tenía una fábrica de cerveza de estilo belga y fue natural el proceso de evolución -le contó a un medio local-. Ya no hago más cerveza y todo el equipo se transformó en equipo para hacer whiskey”.

“El espíritu del whiskey es diferente”, asegura. Carrizo tiene 33 años y está disfrutando de la experiencia de ir creciendo, haciéndose más conocido y llegando a nuevas bocas de expendio. “Esto es algo que quería hacer de toda la vida -explicó en otra entrevista-. Siempre me gustó el whisky (¿dice “whisky” o “whiskey”? Imposible saberlo) y la mística que tiene detrás”.

UN RECORRIDO DE APRENDIZAJE

Hace 17 años que se dedica a la gastronomía. Era chico cuando le encontró gusto al rubro, y de a poco fue descubriendo al chef que había dentro suyo. “Fueron muchos factores los que me llevaron a elegir esta profesión. Cuando era muy chico, mi mamá estudiaba la secundaria en la nocturna y muchas veces me quedaba con mi papá y él me cocinaba”, recordó.

“Él fue cocinero durante la colimba y me contaba sobre eso y que también cocinaba en un club durante su juventud en Cañadón Seco”, agregó.

Cuando sus padres se divorciaron, la cocina ganó más espacio en su vida. “Con mi mamá empezamos a ver (la señal de TV) Utilísima y a hacer galletas, y así me convencí. Es lo que me apasiona”, admitió.

A diferencia del método tradicional de envejecimiento en barricas, el whiskey como el que él produce se madura utilizando chips de roble en conos especialmente diseñados.

“El roble que se utiliza para hacer barricas, se lo muele, se lo transforma en pequeñas astillas y esas astillas son las que maduran y le aportan el color y el sabor al whiskey, en este caso de una manera mucho más rápida”, detalló.

Este artesano comodorense se considera un blender, es decir, alguien que mezcla varios productos para llegar a un resultado: en su caso, el whiskey.

“Es lo que hago -indicó-. No estoy destilando, tengo mi proveedor de destilado de maíz y si el día de mañana funciona mejor, empezaremos con nuestro destilado propio, pero hoy me encargo del blendeo del roble”.

El roble que utiliza es “un roble francés”. En cuanto a la bebida, la describió como algo “diferente a un whisky escocés, más bien tirando a americano, más un bourbon por el alto contenido de maíz que tiene”. Por lo demás, aclaró que su bebida no tiene las especificaciones que debería tener un whisky escocés.

“Esto te permite hacer un montón de cosas y jugar de distintas maneras. En este caso, en vez del destilado en un madurador, se agrega el destilado y adentro se le agrega el roble en forma de chip, de astillas y ahí la extracción de sabor y aroma es mucho más rápida que en la barrica por el hecho de que tiene mucho más superficie de contacto”, indicó.

El destilado de maíz que usa tiene un 96% de alcohol que él se encarga de bajar a 40 grados para que el whisky no sea tan intenso. Para el blendeo suele utilizar desde roble de tostado medio para la versión clásica hasta maltas chocolate tostadas para la versión “Chocolate” y añadidura de roble para la versión ahumada.

La comercialización arrancó en el restaurante Molle Verde, de Comodoro Rivadavia. Actualmente, Huella de Zorro ya se distribuye en todo el valle de Chubut, en Trelew, Rawson, Santa Cruz, Neuquén y Buenos Aires.

“Me escribió gente del norte del país y a través de las compras online, yo los envío por Andreani y va directo para allá”, agregó Carrizo.

Fuente: La Mañana de Neuquén

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