Yoko Ono en el Malba: una muestra lúdica y participativa que cuestiona la noción de arte

No falta en la muestra la presencia de una figura central en la vida de Yoko, John Lennon, mirando a cámara, en primer plano, primero en un gesto anodino para luego sonreír de manera luminosa, en sintonía con la instrucción "Pásate una semana riendo".
Sin la esperada presencia de la artista japonesa Yoko Ono, su primera exposición retrospectiva en la Argentina, "Dream come true", que se inaugura hoy a las 19 en el Malba con entrada gratis, reúne más de 80 trabajos entre videos, filmes, instalaciones y registros sonoros con eje en sus famosas "Instrucciones" que invitan al espectador a interactuar y completar la noción de cada obra.
Si bien se creó una inmensa expectativa en el país ante la posible llegada de la viuda de John Lennon, la japonesa nacida en Tokio en 1933 envió desde Nueva York un video donde se la ve con anteojos de sol y sombrero, en el que saludó: "Hola Buenos Aires".
"Todo mi trabajo creativo está en esta muestra: arte, música y performance, sólo se necesita de su participación. Cuando vayan y participen sabrán que es algo suyo. Diviértanse y recuerden que ustedes y yo la estamos creando juntos. Todas las obras están felices por estar en Buenos Aires y cantan Dream Come True -entonó la artista creadora de Fluxus-. Los quiero", se escuchó en la proyección del video, en el Auditorio del museo, durante la inauguración para prensa.
La muestra va desde 1955 hasta nuestros días, haciendo hincapié y entendiendo las "Instructions pieces" como el hilo conductor de toda su carrera, consignas para ser escuchadas, leídas o susurradas, para poner al visitante en acción y siempre ligadas al pacifismo, al feminismo y al ecologismo, tres banderas que han caracterizado a la "niña bien" de Japón, perteneciente a una de las familias más ricas de su país, que se abrazó a la desmaterialización del arte y concibió obras con mínimos recursos.
Una escalera, una lupa y una inscripción minúscula que reza "si", la misma con la que John y Yoko se conocieron en 1966 en una galería de Londres -cuando el Beatle fue a conocer la exposición de una artista japonesa avant garde por recomendación de amigos en común, es una de las primeras obras que recibe al público en la exposición en el segundo piso del museo. A partir de allí todo será responder o no de manera lúdica a las consignas o instrucciones formuladas por Ono.
"Es importante recordar algunas cosas sobre los orígenes de Yoko más allá de que se la asocia siempre a Nueva York, a Fluxus y a John Lennon -dijo Gunnar B. Kvaran, curador de la exhibición junto al español Agustín Pérez Rubio-: nació y creció en Japón , en una familia acomodada, la segunda familia más rica de ese país. Su padre era pianista y la inició en lo musical. Es una mujer que se ha caracterizado por tomar sus propias decisiones y eso en Japón no era algo de todos los días. Fue la primera mujer en ingresar a una prestigiosa escuela exclusiva para varones y tenía entre sus compañeros de aula al hijo el emperador de Japón", dijo el curador para poner en contexto la vida de esta mujer de grandes gestos.

COLUMNA CENTRAL

"Las instrucciones son la columna central de su creatividad, en ellas cuestiona la noción de arte y la reduce a una idea. Abandona la idea de carácter único que tiene el objeto. Abandona el objeto, algo que ni siquiera hizo Marcel Duchamp (padre del arte conceptual). Además, toma distancia del mercado desde el comienzo. Yoko invita al público a participar del proceso creativo y esto llevó la noción de arte a un punto nuevo. Toda la muestra es una reflexión filosófica sobre qué es el arte. Se trata de obras de carácter universal que en cada museo o nueva muestra apelan a la coyuntura local", resumió.
Así, las instrucciones se despliegan a lo largo de toda la sala de exposición: "Sube a una escalera y encuentra la palabra si", o "Escuchá tu propia respiración", "Toca el suelo directamente con los pies desnudos" o "Imagina que las personas cercanas a ti son planetas".
No falta en la muestra la presencia de una figura central en la vida de Yoko, John Lennon, mirando a cámara, en primer plano, primero en un gesto anodino para luego sonreír de manera luminosa, en sintonía con la instrucción "Pásate una semana riendo", condensada en el Film N°5 (1968).

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