Aberrantes confesiones del docente pedófilo: "a mí me excitan desde bebés de un año"

El docente evangélico detenido por intercambiar videos de abuso sexual infantil y confesar haber abusado de menores, sigue sumando pruebas en su contra luego de que una trabajadora sexual llevara a la justicia más videos y mensajes en los que A.C se autoincrimina.

A.C, el docente en una escuela primaria evangélica que fue detenido esta semana en Rosario por tenencia y divulgación de pornografía infantil, ahora es investigado por varios abusos sexuales a menores de edad y a un adulto.

El acusado, que da clases de informática, no cayó por torpeza tecnológica sino por creer que otras personas tienen su misma mentalidad.

Él mismo admitió los presuntos ataques en una serie de mensajes de WhatsApp: su teléfono, en una conversación con una trabajadora sexual de la ciudad, fue su ruina.

Infobae dio a conocer las conversaciones aberrantes que mantenía con una trabajadora sexual:

“Quiero que veas esto. Me interesa porque sabemos que los dos somos lo mismo”, le dijo a través de un mensaje de voz a la trabajadora sexual que conoció anteriormente en la Iglesia Evangélica Misionera Argentina (IEMA).

La trabajadora le siguió el juego para que se revelara y luego entregó el material a la Justicia. Los dichos del docente, que además encabeza un negocio familiar dedicado al rubro informático, sorprendieron a la fiscal Noelia Riccardi del Ministerio Público de la Acusación, quien lo imputó el sábado 27 de junio por delitos de pornografía infantil, pero no por abuso de menores.

En todos los diálogos por WhatsApp, A. C. alardea de los abusos que supuestamente cometió, ya que aún no fueron constatados ni imputados, una investigación que recién comienza con víctimas todavía desconocidas. “No dice, por ejemplo, cómo llegaba a estar al cuidado de los menores”, agrega la fiscal a Infobae sobre la incógnita de los métodos de captación de A.C, es decir, cómo llegaba a estas víctimas.

En sus comunicaciones, hasta envió fotos de niñas, le preguntó a la trabajadora si había abusado de su propio hijo. “A mí me excitan desde bebés de un año hasta la edad más chica posible”, afirmó. Incluso invitó a su interlocutora “a tomar un pase” de cocaína en su casa y ver videos de pornografía infantil. Le envió material prohibido: fotos de una niña y un niño de no más de seis años abusados por dos adultos, todo por WhatsApp.

  • C. tiene 43 años. Al menos hasta noviembre pasado dio clases de computación en quinto grado en el Complejo Educativo Cristiano de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina, ubicado en Balcarce al 2600, hasta que entró en licencia por supuestos problemas personales. Según dijo en la audiencia en la que fue imputado, además trabaja dos veces por semana en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, donde brinda soporte técnico en informática.

El presunto pedófilo mantuvo al menos dos encuentros con la trabajadora sexual a la que conocía previamente por la iglesia. La mujer habló con este medio. “La segunda vez que lo vi me dijo que lo abusaron cuando tenía ocho años y que él abuso de un familiar. Después abrió su notebook y me mostró a una criatura siendo penetrada. Quedé impactada. Lo único que sabía era lo que me había contado y mostrado. No tenía una prueba para denunciarlo”, contó, bajo pedido de que su identidad sea reservada.

El tiempo pasó y la trabajadora sexual tuvo la oportunidad que había esperado tener. La posibilidad de encontrar elementos para denunciarlo llegó y fue por decisión del propio docente pedófilo. “Este año me escribió por WhatsApp. Me dijo que quería mostrarme videos. Así que le seguí el juego y le pedí que me los mandara”, agregó la denunciante.

A los videos que envió Andrés le siguieron fotos de menores abusados y mensajes indicando sus fantasías sexuales con menores que tienen entre 1 y 3 años. Y luego algo más terrorífico aun, si cabe: relatos de cómo abusó de menores y cómo lo continúa haciendo gracias a que padres de otros chicos y chicas confían en él.

“Hago con ellos lo que tengo ganas. Confían los padres en mí, ese es un problema para ellos, ja,ja”, indica Andrés C. en uno de las varias conversaciones que tuvo con la joven que le siguió la corriente hasta verlo caer solo al agua.

La intención de Andrés no era solamente entablar una relación con la trabajadora, a la que presumía también pedófila. También quería tener acceso a un encuentro con el hijo de la mujer, un nene de ocho años. “¿Che, hiciste algo con el nene? ¿O no te animás? Decime la posta, no hay drama, de verdad. ¿Te da cosa, no? Te entiendo. La primera vez a mí también, pero después te relajás y disfrutás él y vos”, agregó en otro diálogo que ya está en manos de la Justicia rosarina, en un caso adelantado por Rosario 3.

El docente fue detenido el martes 23 de junio en su domicilio en la zona sur de Rosario. La jueza Paula Álvarez dictó 90 días de prisión preventiva efectiva. En la audiencia, A. C. admitió haber descargado pornografía infantil, pero explicó que lo hizo para un supuesto tercero que luego no mencionó.

La fiscal Riccardi avanzó sobre la línea investigativa de los abusos que se jacta haber cometido de forma descarada. Según el propio imputado, habría ocho potenciales víctimas, de las cuales se descartó por el momento abusos en cuatro. Sin embargo, su celular, la computadora y otros dispositivos electrónicos secuestrados en el allanamiento aún no fueron abiertos para el peritaje. Ese material podría ser clave para la causa.

“Necesito que esto se difunda. Es grave. Si sale en cuatro años porque no se pueden comprobar sus abusos que al menos se sepa quién es y cómo piensa, así no los llega a cometer”, planteó la trabajadora sexual que lo denunció en mayo pasado. La fiscal del caso adelantó que los equipos serán enviados a peritar el próximo lunes. El objetivo es conocer y procesar el material que tiene allí A.C. antes de que se venza la prisión preventiva.

El caso conmovió a la comunidad educativa de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina, que se puso a disposición de la Justicia este viernes a través de sus dos abogados. Porque, además, se investiga si otros miembros de la iglesia no fueron partícipes en abusos o divulgación de pornografía infantil. En sus charlas, A.C. reveló su blanco siguiente: una nena que sería alumna del colegio, de la que adjuntó una foto y que habría sido abusada también por otros padres.

Hasta el momento no están identificados los supuestos progenitores a los que alude el docente pedófilo, como así tampoco todos los menores que dice haber violado. “Por ahora el único imputado es el docente”, concluyó la fiscal. El relato de A.C, por otra parte, revela una perversidad aún mayor, perdida entre toda la barbarie: en uno de los chats, el docente asegura que los menores violados gozan de su tormento.

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