Desde su infancia, la artista y profesora Carolina Barrientos ha estado inmersa en el mundo del arte. Su pasión por el dibujo y la pintura comenzó a la temprana edad de 12 años, y desde entonces, nunca se ha alejado de las artes visuales. Después de terminar la secundaria, se convirtió en Profesora Elemental de Dibujo y Pintura y se inscribió en el Profesorado de Artes Visuales del Instituto Superior de Formación Docente 806.
Su mayor inspiración para iniciar y continuar con el Proyecto Arte Público en la Escuela Pública fue su deseo de expandir el lenguaje de la pintura mural en la ciudad. El proyecto comenzó trabajando con escuelas de nivel inicial y luego se expandió a otros niveles e instituciones.
El proceso de selección de las instituciones que recibirán las pinturas murales es a través de una convocatoria abierta. Los diseños de las pinturas murales se crean a través de diálogos y decisiones conjuntas con cada institución, y la comunidad se involucra activamente en la creación de las pinturas murales. “Al inicio y a la mitad, de cada año se abre la convocatoria mediante el mail [email protected]. La condición es que sea una institución pública o bien una ONG”, detalla a El Patagónico Carolina Barrientos.
“El impacto del proyecto en las escuelas y la comunidad en general ha sido muy positivo. Ayuda a resignificar el lugar, a construir identidad y a dar lugar a la expresión de sus integrantes”, agrega la artista patagónica. Desde su inicio en 2013, el proyecto ha evolucionado para incluir una variedad de instituciones, desde escuelas primarias y secundarias hasta centros de salud y ONGs.
El proyecto ha tenido un impacto significativo en el desarrollo personal y profesional de la artista, comenta a El Patagónico. Le ha permitido crecer tanto a nivel personal como artístico, y ha tenido la oportunidad de construir su propio estilo como muralista. En 2023, pudo exponer fotografías de los murales en una galería de arte en Génova, Italia, y en el Museo Ferroportuario de Comodoro.
“El Proyecto se mantiene en el tiempo gracias a las horas del ISFD 806, específicamente al área de Formación Artística Vocacional. No contamos con fondos para los recursos materiales, por lo que cada institución gestiona la obtención de las pinturas, y también se implementa la cadena de favores, que consiste en pasar los restos de materiales de una institución a otra. Ahora estamos por hacer el mantenimiento de las pinturas murales que se encuentran en el edificio compartido del ISFD 806 con la Escuela Provincial N.º 746”, profundiza sobre lo que significa el ISFD, el FAV y el aporte voluntario y solidario de la comunidad.
El desplegar el arte en murales no es solo pintar, involucra emociones y profundas experiencias: “La verdad es que cada una de las experiencias vividas deja un recuerdo memorable, porque cada mural aúna un grupo de personas, un tema, un barrio, sentimientos que se movilizan. Y sobre todo la riqueza de esa construcción colectiva que quedará plasmada ahí a lo largo del tiempo. Por nombrar algunos ejemplos, puedo decir que ver la alegría de cada niño/a de nivel inicial que vio su dibujo siendo parte de un mural, ver a los adultos mayores participar activamente de la pintura, profes, vecinos, personal de salud que comparten una experiencia diferente desde el arte. Tal vez, por citar un mural en especial, podría decir que el Mural en homenaje a Daniela Velazco dejó una huella fuerte en la comunidad, porque lo pintaron sus compañeros, colegas, profes y amigas, porque logró transformar en arte el dolor, porque señala y manifiesta la violencia de género en nuestra ciudad”.
En cuanto a los planes futuros, la artista espera, en algún momento, poder cumplir con el sueño de publicar un libro que documente el trabajo del proyecto a lo largo de la década. También espera poder continuar con el proyecto y crear muchos más murales colectivos, con la posibilidad de expandirse a otras regiones de la provincia.