Cordobés ganó el Quini y organizó una fiesta para sus vecinos

Dos semanas de haber ganado varios millones de pesos en el Quini 6, Eduardo Martí (58) brindó una fiesta para todos sus parientes y amigos, tal como lo había prometido. Fue la noche del viernes en el barrio de Villa Dolores donde creció y vive, con catering, una banda de cuarteto en vivo, y mucho fernet.

“Siempre jugaba y le decía a mis amigos que iba a hacer esto si ganaba, así que ahora estoy cumpliendo, yo sí cumplo”, dice exultante quien hasta hace pocos días trabajó como ordenanza en el edificio de los tribunales de la ciudad transerrana. A diferencia de otras personas que se ocultan cuando ganan mucho dinero, Eduardo no ha dejado de gritar su felicidad a los cuatro vientos. Y parece esperar que esa exposición de algún modo lo proteja.

“Siempre fui un seco, y acá ya me conocían todos, y más ahora, no creo tener problemas, acá la gente es buena y no anda con malas intenciones”, confía Eduardo, mientras se ríe con todo el cuerpo y pasa bailando entre la gente, que lo frena con abrazos y brindis cerca de una “canilla libre” que, en una madrugada muy calurosa, durará hasta cerca del amanecer.

Casado, con tres hijas jóvenes y tres nietos, el nuevo afortunado bailó con todos al ritmo de La Kura, una banda de jóvenes transerranos que ajustó un repertorio fiestero para la ocasión.

Hincha de Boca, de Belgrano y del dolorense Club Comercio, es aficionado al fútbol y al juego de truco, que comparte los viernes con sus amigos de tribunales.

“Acá hay amigos del barrio de toda la vida, también desde jueces y abogados de los tribunales, y gente muy humilde, yo no hago diferencias, acá estamos de paso”, dice quien parece dispuesto a disfrutar de la vida.

Eduardo cuenta que tuvo tiempos de verdadera crisis. Y recuerda su peor momento: “un intendente en 2007 entró a la municipalidad y despidió a 114 empleados, entre los cuales estaba yo. La pasé muy mal, tuve que irme a trabajar en lo que viniera, hasta me fui a la cosecha de uva a Mendoza. Fueron más de dos años terribles, hasta que por suerte pude entrar a tribunales”.

Premio compartido

La noche del 16 de octubre el hombre de la sonrisa constante recibió la noticia de que la jugada número 2715 del Quini 6 había favorecido la boleta que tenía en el bolsillo. La había jugado en una agencia cercana a su casa, propiedad de María Elena González, junto a una abogada de los tribunales que nunca quiso aparecer. El premio era de 44 millones de pesos. Descontados los impuestos, a cada uno le pertenecían unos 15 millones.

“Lo primero es ayudar a mis hijas, quiero que tengan lo que siempre quise para ellas, en eso me ha ayudado Dios”, dice Eduardo.

Fuente:

Notas Relacionadas

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico