Croacia y su pasado de guerra en la historia de los jugadores

Croacia se trata de una selección que late con un corazón bombeado por Luka Modric e Ivan Rakitic, que cargan con historias duras, de guerra, miseria y supervivencia.

Luka Modric e Iván Rakitic tienen una marca de guerra en la piel y en el alma. Un año después de Italia 90 y de las hazañas de Diego Maradona con un tobillo a la miseria, con apenas seis cumpleaños encima, Modric empezó a escapar de los tiros y de las bombas de la Guerra de la Independencia junto a sus padres y a su abuelo.

La desintegración de la antigua Yugoslavia iniciaba la guerra de Serbia contra Croacia, Bosnia y Kosovo. Hasta que un día, nacionalistas serbios encontraron en uno de los refugios a un grupo que consideraron rebelde. Ahí, entre muchos croatas, estaban los Modric y, delante de los propios ojos de quien hoy es una figura del Mundial, asesinaron a siete, uno de ellos el abuelo de Luka.

A Luka, en plena guerra, su familia lo entretenía con una pelota de fútbol. Nacía un amor especial. Eso sí, para fortalecer esa relación tan singular entre Modric y la redonda, hubo que superar obstáculos. Lo rechazaban en distintos clubes por su físico: la baja estatura y su contextura delgada no coincidían con el estereotipo europeo. Sin embargo, a los 16 años le abrieron la puerta en el Dinamo Zagreb.

EL OTRO CRACK

Rakitic no sufrió frente a él ningún asesinato de un ser querido en ese conflicto de los Balcanes, pero si nació en la ciudad suiza de Möhlin fue porque sus padres habían dejado Croacia huyendo de la guerra. Es hijo de un croata y de una serbia.

Mucho antes de elegir con sabiduría qué hacer con cada pelota y dónde y cuándo salir a cortar o a presionar, Rakitic tuvo que escoger para qué selección jugar. Ya lo había hecho para Suiza en el Sub 17, pero al final se calzó para siempre la camiseta de Croacia. Y ahí está ahora ese muchacho que adora cocinar, que alguna vez se enganchó con la arquitectura y que mantiene un bajo perfil.

El del Real Madrid volvió a imprimir su clase, hasta convertirse en el jugador más valioso elegido por la FIFA en ese triunfo colosal que silenció a Rusia, con alargue y con penales que él alimentó con su remate preciso.

El del Barcelona también supo imponerse en el desarrollo y dejar su marca con calma de futbolista diferente nada menos que en el instante más trascendente, en ese momento que definió la cuestión desatando al mismo tiempo la felicidad croata y la desazón rusa, en el penal que cerró la serie, tal como había sucedido en octavos contra Dinamarca.

Una década más tarde, Rakitic paga una cuenta pendiente. Nadie se acordará a partir de ahora de aquel penal decisivo que falló en la Eurocopa 2008 y que eliminó a su Croacia cuando apenas tenía 20 años.

El 65 % de posesión de la pelota que Croacia logró sometiendo a Rusia en el control del juego, resultaron cruciales Modric y Rakitic con casi 200 pases sumados entre ambos. El del Madrid dio 102 con una eficacia del 87,3 % y el del Barcelona, 89 con una precisión del 89,9 %.

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