Denuncia que su exmarido quiere matarla y que ya no sabe a quién más pedir ayuda

Virginia Velásquez relató el calvario que vive hace dos años. Asegura que el mismo empezó cuando decidió separarse de su marido Diego Cárcamo, quien en la actualidad solo tiene prohibición judicial de contacto. Denuncia una serie de agresiones y que fue amenazada de muerte al igual que sus familiares. "Tengo miedo, yo no vivo tranquila. Mi hijo está asustado y ya ni come", lamentó.

Luego de recorrer distintas comisarías y entrevistarse con representantes del Ministerio Público Fiscal, Virginia Velásquez no encuentra las respuestas esperadas ante las amenazas de muerte constantes que asegura que recibe por parte de su exmarido, Diego Cárcamo, con quien tiene un hijo de 8 años.

Ante el terror de convertirse en otra víctima de feminicidio en Comodoro Rivadavia, se animó a hacer público su caso ante El Patagónico. Describió que tiene decenas de denuncias contra su expareja, pero asegura que las amenazas e intimidaciones no cesan.

El denunciado solo tiene una prohibición de comunicaciones telefónicas y electrónicas, dictada por la jueza de Familia, Diana Kazakevich.

Los hijos de Virginia, una adolescente de 15 años y un niño de 8, están en el medio del drama y también están expuestos al peligro de las amenazas de muerte, denunció.

Contó que ya hace dos años que se separó y “ahí empezó todo el tema de la violencia. Yo decidí separarme de ciertas situaciones de abuso contra mi nena”, apuntó.

“Nos dejó sin ropa para mí, mi hija y robó todos los papeles de la casa, de autos y terrenos. El vendió todo y a mí no me interesó nada porque nunca le reclamé nada”, afirmó.

Relató que hace un mes y medio también tuvo un incidente con familiares de Cárcamo y que luego su madre fue amenazada de muerte.

“Cuando estábamos en la (Seccional) Quinta, llegaron ellos a hacer la denuncia de que yo había roto las vidrios de una camioneta. A la hermana de él, Malvina Cárcamo, nadie la paraba ni siquiera el comisario”, describió.

“Cuando nos atiende el comisario me llama mi mamá y me dice desesperada: ´Virginia te van a matar, me vinieron a agarrar´. Fueron Alejandro Millalonco y Diego Cárcamo, que es el padre de mi hijo. La amenazaron con una pistola a mi mamá que vive en el barrio Jorge Newbery y nadie hizo nada. Vine a Fiscalía, estuve todo el tiempo, viene a Defensoría, no es que no me moví”, criticó.

“MI HIJO VIO LA PISTOLA”

La denunciante describió otro de los ataques sufridos, el lunes último, después de retirarse del Sindicato de Petroleros donde su hijo jugó al fútbol. Asegura que su exmarido le cruzó el vehículo sobre la avenida Kennedy casi Estados Unidos.

“Después empezó a gatillarme, donde está la Escuela 52, ahí hay cámaras (de seguridad)”. Agregó que Diego Cárcamo: “dispara contra el auto como cuatro tiros. Las balas no dieron en el auto y yo seguí con el auto hacia la Rivadavia. Yo tuve un atentado con mi hijo, mi sobrina y mi hermana, y nadie hizo nada”, advirtió.

Velásquez señaló que su hijo “sabía que su papá tenía una pistola porque él dice que la vio en un kiosquito que tienen en Rada Tilly que es una cervecería. El nene estuvo con el arma y con las balas”.

A raíz del incidente del lunes, “llamé al 101 y me mandaron a la (Seccional) Segunda, después a la (Seccional) Cuarta, a la Comisaría del (Kilómetro) 5 y después a la Comisaría de la Mujer. No podía creer que no me tomen una denuncia”, cuestionó.

En ese contexto, la mujer reclamó: “yo no puedo andar por Comodoro tranquila, me cruzo con alguien y no sabés a quién te pueden mandar. Yo estoy aterrada y mi mamá me saluda como que no me va a ver más”, graficó.

“Tengo miedo, yo no vivo tranquila. Yo tengo pánico, mi hijo está asustado ni come. El martes me llama mi hija que afuera de la casa estaba Malvina Cárcamo, él (Diego Cárcamo) y Marcelo Cárdenas, diciéndome desesperada que la estaban amenazando”, relató.

“Esto le pasa a muchas personas y la psicóloga de la Fiscalía me dijo que yo estaba despechada, por eso que hacía eso. ¿Qué te queda esperar de los demás? Después la fiscal que me atendió ese día me pidió perdón. No duermo tranquila y no sabés en qué momento te pueden hacer algo malo”, advirtió y volvió a cuestionar la inacción de la Justicia.

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