El grupo compuesto por Ángel Eduardo, Sebastián, Kevin Edgardo y Marcelo Fabián Ibáñez, comenzó a ser juzgado por el delito de “privación ilegítima de la libertad agravada por haber sido cometida contra un menor de edad, agravada por el número de autores y seguido de muerte dolosa” en perjuicio de Alan Nahuelmilla y lesiones leves respecto de B. G. en concurso ideal.
Pero ayer en la primera jornada de debate ante el planteo de modificatoria de horario en la plataforma fáctica del hecho por parte del Ministerio Público Fiscal, el defensor de los acusados, Mauro Fonteñez, pidió 48 horas para generar prueba y de ese modo se dictó un cuarto intermedio.
El tribunal que dio inicio al juicio estuvo integrado por los jueces Mariano Nicosia, Raquel Tassello y Mónica García.
El Tribunal dictó un cuarto intermedio tras el planteo de la defensa de los acusados luego de que la fiscal de Asuntos Complejos, Camila Banfi, planteara una modificación en el horario en la plataforma fáctica. Es que se logró establecer antes del juicio a través de testimonios y con la historia clínica un horario distinto al de la acusación inicial.
Tras ese cambio en el horario de los hechos en el alegato inicial –más temprano al que se había planteado en la acusación- Fonteñez se opuso y por ello ante esa situación controvertida solicitó 48 horas para readecuar la teoría del caso y generar prueba.
SECUESTRO Y TORTURAS
Según la acusación de la fiscalía, Alan Nahuelmilla y un amigo B.G. –testigo y sobreviviente- circulaban durante la noche del sábado 14 de abril de 2018 por la calle Los Duraznos, en zona de Quintas del barrio Máximo Abásolo, cuando fueron emboscados por los cuatro imputados, quienes estaban armados.
De acuerdo al relato de la parte acusadora, los Ibáñez redujeron a los jóvenes y ataron con una soga para luego arrastrarlos con una camioneta. De esa manera, los trasladaron hasta la vivienda de uno de los Ibáñez. Una vez en el lugar los sometieron a diversos tipos de castigos físicos, como puntapiés y golpes en la cabeza, incluso fueron golpeados con una pala. Asimismo, a uno de ellos le cortaron las orejas con un alicate en reiteradas oportunidades.
Los tormentos también consistieron en desnudarlos y arrojarles agua fría. En medio de la tortura, el testigo contó que los secuestradores incluso disparaban al aire y amenazaban con matarlos mientras les reclamaban que les dijeran dónde estaba el televisor que les habían robado. Todo duró unas cuatro horas, mientras grababan con un teléfono celular la agresión.
En la madrugada del domingo 15 de abril, los imputados se retiraron del lugar junto a Nahuelmilla, arrastrándolo hasta el domicilio de uno de sus tíos donde lo abandonaron. Al regresar al lugar en el que aún mantenían retenido a B. G. continuaron golpeándolo, hasta que lo liberaron, no sin antes amenazarlo para que no denunciara lo sucedido.
B.G. fue entonces hacia su domicilio y desde allí lo trasladaron al Hospital Regional, centro asistencial al que ya había sido llevado por sus familiares Nahuelmilla, quien luego de unas horas falleció por “traumatismo grave de cráneo por hemorragia intra-cerebral a causa de los golpes recibidos”.
A lo largo del juicio habrá 63 testigos que depondrán en el debate. El punto más alto y más fuerte del juicio llegará cuando el tribunal escuche al principal testigo y sobreviviente de la causa que tendrá la posibilidad de dar detalles de lo sucedido esa madrugada ante los jueces.