El aumento en los Ingresos Brutos pone a las farmacias en una situación delicada

La Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF) advirtió sobre la crítica situación financiera en la que están entrando las farmacias de todo el país por el aumento de la presión fiscal, a través de la suba de los Ingresos Brutos. En la provincia, el panorama es realmente crítico, según se explicó desde la Cámara de Farmacias de la Provincia de Chubut.

La Cámara de Farmacias de la Provincia de Chubut advirtió sobre los problemas económicos y financieros que afrontan estos negocios, por el aumento de la presión fiscal, ya que las droguerías que les venden los productos les trasladan los mayores costos directamente en el impuesto a los Ingresos Brutos.

El pedido de la entidad chubutense está contenido en el documento global que por el tema emitió la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF), en el que advirtió sobre la enorme presión impositiva que vienen recibiendo los negocios.

El incremento en las alícuotas de ingresos brutos aplicado en varias provincias, más la recarga en tasas municipales que se advierten en algunas ciudades ponen a la actividad “al borde del colapso financiero por la notable reducción en los márgenes de ganancias”, según dijeron en la entidad que agrupa a más de 5.000 farmacias en todo el país.

EN TODO EL PAIS

Hace 20 días, la FACAF reclamó a los gobiernos de Salta y Tucumán por el aumento en la alícuota del impuesto a los Ingresos Brutos, a la que consideró “confiscatoria e inconstitucional”, al tiempo que advirtió que el incremento en la presión impositiva sobre un servicio público de salud como el que ofrecen las farmacias, pone en riesgo la continuidad de cientos de locales en esas provincias.

“Con estas medidas de excesiva presión impositiva, los farmacéuticos se verán obligados a trasladar los costos a las obras sociales o a los pacientes. O de lo contrario, dejarán de ofrecer el servicio público porque deberán dejar de funcionar”, explicaron en la Federación.

A través de una carta enviada por el presidente de la FACAF, Miguel Lombardo, a los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Tucumán, Juan Manzur, la institución asegura que “someter a una mayor presión impositiva que en definitiva absorbe el último eslabón de la cadena (esto es la farmacia), producirá a no dudarlo el cierre de las mismas con el consiguiente perjuicio no solo a sus propietarios, sino también para los propios pacientes que requieren la medicación y se verán privados de ella”.

En Neuquén también se registró un aumento en el porcentaje del gravamen que se aplica para las droguerías. Según explicaron en la Cámara de Farmacias de esa provincia, pasó del 4 al 6,5%. “Si bien las farmacias están exceptuadas por la ley de estabilidad fiscal para las pymes, ese aumento se traslada al comercio y no se puede tocar el precio final de los medicamentos porque está regulado. Entonces, sumado a los mayores costos que tenemos por estar en la Patagonia y al aumento registrado en las tasas municipales, la situación es de extrema gravedad”, dijo el representante de los farmacéuticos de Neuquén, Gerardo Salvadó, presidente de la Cámara Neuquina de Farmacias.

Susana Carrasco, de la Cámara de Salta, explicó que “el aumento del impuesto IIBB impacta sobre la farmacia porque las droguerías trasladan la carga. Es un incremento directo del 2% por lo menos, y eso significa una retracción en los niveles de ingresos de farmacias porque no se puede trasladar al mostrador”. Además, implica un claro riesgo de pérdida de trabajo. En Salta funcionan dos droguerías integrales, una de ellas amenaza con dejar la provincia por la reducción en los ingresos. También sabemos que hubo una empresa que decidió no instalarse por la alta presión impositiva”, explicó la dirigente.

El Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba planteó la cuestión ante la Justicia Federal, apoyándose en los principios constitucionales que rigen el ejercicio de la potestad tributaria, obteniendo un dictamen de fecha 15 de noviembre de 2007 donde se dispone que los farmacéuticos, como universitarios, deben ser equiparados con los demás profesionales que ejercen su profesión en forma independiente, por lo cual no deben tributar el impuesto sobre los ingresos brutos emergente de la dispensación de medicamentos destinados a la salud humana.

“No pretendemos una exención total, que sería correcto e ideal, pero sí una alícuota diferenciada con respecto al resto de los contribuyentes. Y decimos esto porque no existe forma alguna de trasladar el costo del impuesto pues, como se ha dicho, los precios no los fija el profesional farmacéutico sino la industria y son inmodificables”, consideró Lombardo.

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