Emilce Moler: una sobreviviente que lucha y milita para transformar la realidad

Era militante de la UES (Unión de estudiantes Secundarios), fue secuestrada cuando tenía 17 años, es una de las cuatro sobrevivientes de la "Noche de los Lápices" y hoy es funcionaria del Gobierno Nacional. En diálogo con El Patagónico reivindicó la lucha que nació en la década del 70 y que hoy continúa trasmitiendo.

Emilce Moler, es una de las victimas de la "Noche de los Lapices", ocurrida el 16 de septiembre de 1976 en la ciudad de La Plata, hecho del cual también sobrevivieron Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Pablo Díaz.

Hoy es subsecretaria de Fortalecimiento Institucional del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y secretaria de Educación del Movimiento Evita. A 39 años de la nefasta noche, brindó su testimonio a El Patagónico.

Emilce fue secuestrada cuando tenía 17 años y era militante de la Unión de estudiantes Secundarios. Permaneció en centros clandestinos, en la cárcel de Villa Devoto y con libertad vigilada hasta sus 20 años.

Recordó que a pesar del Golpe de Estado, junto a sus compañeros de 5° año de la Escuela de Bellas Artes de La Plata, decidieron organizarse para pedir por el boleto gratuito, aún sabiendo las consecuencias que ello podría traer.

"Ya en el 75 comenzaron las situaciones adversas, pero decidimos continuar con la militancia, pensábamos que teníamos que seguir comprometiéndonos para que se vayan los militares como decíamos nosotros. Nuestra militancia y participación juvenil era lo lógico que corresponde a un joven en aquella época", indicó.

"NO SOY SOLO UNA SOBREVIVIENTE"

Emilce, reconoció que a través de su labor diaria, busca reconstruir en distintas dimensiones su lucha a través de la militancia y la gestión. "No soy solo una sobreviviente, era militante política y trato de seguir haciéndolo, fui docente y militaba, soy funcionaria y milito, soy investigadora y milito, a todas las actividades hay que adicionar la militancia y no quedar anclada en una reivindicación del pasado", dijo.

Hoy, pese a sus ocupaciones como funcionaria, busca espacios para poder a conocer su testimonio a través de charlas, principalmente en las escuelas. "Estoy donde hay una inquietud, alguien interesado y que uno vea que puede servir para la construcción de estos procesos democráticos que vivimos, para hacer mi aporte".

Al ser consultada sobre el encuentro en las escuelas con adolescentes que tienen la misma edad que cuando ella fue secuestrada, aseguró que es movilizante: "por un lado es esperanzador, porque tienen frescura, inquietudes sueños y ganas de construir, eso es interesante. Pero por otro lado a uno se le estruja el alma pensar que a los chicos que hoy no están no le dieron una oportunidad de participar y crecer, a uno le gustaría que estuvieran disfrutando de este país que estamos construyendo entre todos".

Fuente:

Notas Relacionadas

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico