Encontraron muerto a un jubilado que estuvo cuatro días desaparecido

El cadáver del hombre fue hallado al costado de la ruta. Una cámara de seguridad registró todo y revelaron lo que habría sucedido previo al secuestro.

Un nuevo crimen conmocionó a todos tras confirmarse que el hombre de 77 años, identificado como Eduardo Saúl De Francesco, quien había desaparecido el pasado miércoles y su familia había denunciado que había sido secuestrado, apareció sin vida este domingo en un descampado.

La causa había comenzando como la búsqueda de una persona perdida, pero la investigación dio un giro tras la aparición de grabaciones de cámaras de seguridad que mostrarían que el hombre fue secuestrado. Y finalmente su cuerpo fue hallado en un descampado a la altura del kilómetro 121, en Baradero. Tenía un disparo en la nuca y estaba boca abajo entre los pastizales.

Según informaron fuentes policiales de la localidad de Zárate, el motivo detrás del crimen era una importante suma de dinero que el hombre aparentemente guardaba en su casa.

A raíz de esto, se avanzó en la detención de una policía de la Bonaerense, un agente del Centro de Operaciones Zárate, que sería pareja de la mujer, un ciudadano peruano y un cuarto detenido del que no trascendieron detalles. A su vez, se secuestraron dos vehículos -un Volkswagen Gol blanco y un Ford Focus- que habrían sido usados en el secuestro y serán peritados para averiguar los detalles del crimen.

La DDI Zárate-Campana trabajó junto al Gabinete de Búsqueda de Personas para dar con el paradero de De Francesco. Su cuerpo fue encontrado en el kilómetro 121 de la Ruta 9, en las afueras de la ciudad de Baradero.

Los investigadores presumen que el hombre conocía a sus captores, o al menos a dos de ellos. La principal hipótesis es que lo mataron después de un robo frustrado y descartaron el cuerpo en un descampado.

Cómo habría ocurrido el secuestro del jubilado

El secretario de Protección Ciudadana local, Juan Manuel Iglesias, comentó que ya habrían intentado entrar a la casa del hombre asesinado, y en esta ocasión quisieron engañarlo Elaunque él no habría aceptado. Así, la causa fue recaratulada como "privación ilegítima de la libertad con fines de robo".

Los investigadores analizaron las cámaras de seguridad y pudieron identificar a una mujer como María Florencia Ludmila Valentini, una sargento de la Policía Bonaerense que prestaba servicio en la comisaría de Campana, que en realidad era la nuera del supuesto agasajado. En esa oportunidad, el jubilado se negó a subirse al auto y ella se retiró.

Junto a su esposo, Alejo Ezequiel Moreno -un ex policía exonerado que trabajaba en el Centro de Operaciones de Zárate-, la mujer está acusada de haber ideado un plan para apropiarse de los ahorros en dólares que la víctima supuestamente guardaba en su vivienda.

La palabra del intendente de Zárate: "La intención era ir por el dinero, pero todo les salió mal"

Ese mismo día, alrededor de las 20, el jubilado fue interceptado en la esquina de Alsina y Andrade. Un vecino, que presenció cómo lo obligaban a subir por la fuerza a un auto gris, dio aviso inmediato al 911, una llamada que resultó clave para la investigación.

Después del secuestro, los delincuentes volvieron a la casa de la víctima, pero por equivocación quisieron entrar a la puerta de al lado, la de su hermano. Los captores nunca se comunicaron con la familia para pedir un rescate, por eso no se catalogó como un secuestro extorsivo.

"Querían entrar después a la casa, pero no lo lograron. Cuando lo interceptan (a De Francesco), le sacan las llaves y se confunden de lugar. La intención era ir por el dinero, pero todo les salió mal", explicó el intendente de Zárate, Marcelo Matzkin, en diálogo con TN. Así se habría iniciado el secuestro que, según los investigadores, terminó con el crimen.

Luego de que la investigación de con os dos policías sospechosos, se conoció la detención de un tercer implicado: Néstor Irvin Matencio, un ciudadano peruano de 31 años. Lo ubicaron en el auto que usaron para el rapto a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad. Tenía celulares y una réplica de arma de fuego.

Después del hallazgo del cuerpo, la Policía detuvo ese día a Lucas Lemos, el cuarto acusado, mientras intentaba fugarse a la provincia de Misiones.

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