Las casas de cobranzas quedaron cerradas desde hace casi un mes por las medidas obligatorias de prevención al Coronavirus.
Hasta el propio municipio daba por descontado que esa apertura era un hecho e incluso recomendada a los encargados tomar los recaudos de demarcar los espacios de espera de los clientes.
Sin embargo, los locales comerciales continúan cerrados y nadie dio una explicación a cientos de vecinos que formaron filas desde hora muy temprana soportando bajas temperaturas a la intemperie.
A modo de ejemplo, en la sucursal ubicada en la céntrica avenida San Martín, muchas personas esperaban desde las 8 de la mañana y se quedaron hasta las 10 sin que ningún encargado del local se acercara para explicar los motivos de la continuidad del cierre.