La historia, ocurrida hace unos días en la ciudad de Bursa (Turquía), parece sacada del macabro argumento de una película de terror. El pequeño Kasim Toktas, de cinco años, fue asesinado por su padre, el jugador de fútbol Cevher Tokta, el pasado 23 de abril, el mismo día que fue internado en el hospital con la sospecha de que había contraído el coronavirus.
"Presioné la almohada sobre la cabeza de mi hijo durante 15 minutos. Mi hijo estaba agonizando. Sin embargo, seguí haciendo fuerza con la almohada hasta que murió", confesó Toktas ante el tribunal al que fue llevado 11 días después, cuando confesó el crimen.
Cevher Tokta, de 33 años, llegó a jugar en la Superliga turca en la temporada 2008-2009, vistiendo la camiseta del Hacettepe Spor de Ankara. Actualmente jugaba para el Bursa Yildirim Spor, uno de los equipos de la Liga Amateur Regional. El pasado 23 de abril llevó a su hijo al Hospital de niños Dortçelik, debido a que tenía tos y fiebre alta, según informó el medio turco Milliyet.
Tras un primer examen, el pequeño Kasim fue hospitalizado con la sospecha de que había contraído coronavirus. Cevher Toktas, quien había permanecido junto a él, salió de la habitación ese mismo día y contó que su hijo estaba empeorando. Intervenido por médicos, fue llevado rápidamente a la unidad de cuidados intensivos. Sin embargo, el pequeño Kasim no pudo salvarse a pesar de todos los esfuerzos después de aproximadamente dos horas. El día después fue enterrado en el cementerio Hamitler.
Aunque en un principio nadie sospechó del asesinato, 11 días después, el 4 de mayo, Cevher Toktas, fue al Centro de Policía de Çar y admitió que había matado a su hijo. Confesó que no le caía bien y que tuvo una crisis nerviosa en el hospital y lo mató estrangulándolo.
El jugador declaró que su hijo comenzó a toser dos semanas antes del incidente: "no llevé a mi hijo al hospital debido a las medidas por el coronavirus". Con total frialdad, Cevher habló del momento del asesinato: "presioné la almohada sobre mi hijo, que estaba acostado de espaldas en la cama. No levanté la almohada durante unos 15 minutos. Comencé a llamar al médico. Luego, el médico y los enfermeros llegaron a la habitación. Le llevaron a la unidad de cuidados intensivos", confesó.
"Mientras estaba sentado en mi casa con mi esposa en la noche del 4 de mayo, pensé en lo que estaba sucediendo y me molestó. Salí de mi casa diciéndole a mi mujer que tenía algo de trabajo. No sé por qué no me gusta. La razón por la que maté a mi hijo ese día es simplemente porque no lo amaba. No tengo ningún problema de salud ni psicológico. No tengo ningún problema con mi esposa y mi otro hijo", aclaró Toktas. El juez lo envió a prisión bajo el cargo de asesinar a un pariente cercano. El tribunal también ordenó una autopsia en el cuerpo de Kasm.