El presidente de Chile, Gabriel Boric, sorprendió durante su intervención en el Congreso Futuro al hablar sobre los efectos negativos de la hiperconectividad digital. En este contexto, aprovechó la ocasión para compartir una decisión personal: el abandono de su teléfono inteligente a favor de un dispositivo más sencillo, sin conexión a internet.
Durante la inauguración de la decimocuarta edición del Congreso Futuro, evento enfocado en la divulgación de ciencias y arte, Boric compartió con los asistentes su postura respecto al uso de la tecnología en la vida cotidiana. Frente a ministros y funcionarios de su gobierno, el presidente hizo referencia a la constante dependencia que los smartphones generan, señalando que muchos de sus colaboradores estaban mirando sus teléfonos mientras él hablaba.
El mandatario aprovechó este momento para revelar que, a partir de la llegada de su primer hijo, había decidido iniciar una transición hacia una vida con menor exposición a la conectividad digital. "Dentro de poco tiempo más voy a tener la suerte, la alegría, de ser padre y una de las decisiones que tomé es empezar una transición tecnológica", comentó. Explicó que, como parte de este cambio, había optado por un "dumbphone", un teléfono móvil sin acceso a internet. “Me compré uno de estos, antiguos, sin internet”, dijo Boric, destacando cómo esta decisión le ha permitido desconectarse del constante flujo de información.
La reflexión sobre la hiperconectividad
El presidente chileno explicó que, al principio, la canción "Brain Damage" de Pink Floyd le traía a la mente la idea del daño mental, pero ahora asocia este concepto con los efectos que provoca la adicción a la tecnología. De acuerdo con Boric, la hiperconectividad constante genera distracciones que afectan la capacidad de vivir el momento y de establecer relaciones conscientes con el entorno. Esta reflexión sobre los peligros de la tecnología, según señaló, no significa rechazar los avances tecnológicos, sino buscar una forma equilibrada de utilizarlos.
“No se trata de volver al pasado y negar la tecnología”, aclaró Boric. En su opinión, la clave está en aprender a interactuar con la tecnología de manera saludable, sin dejar que esta interfiera con las relaciones interpersonales y la calidad de vida. Este enfoque busca crear un balance entre los beneficios de los avances tecnológicos y la preservación de valores humanos fundamentales.
El llamado a establecer límites
A lo largo de su intervención, Boric abordó la necesidad urgente de establecer límites claros sobre el uso de la tecnología en la sociedad moderna, tanto desde un punto de vista ético como político. El presidente enfatizó que las democracias deben ser responsables al implementar normativas que regulen el uso de la tecnología para proteger el bienestar de los ciudadanos.
“La tecnología debe usarse para mejorar nuestra calidad de vida, no para hacernos perder el control sobre nuestras propias decisiones”, expresó Boric. Para él, la integración de la tecnología no debe ser a costa de la sostenibilidad ni de las tradiciones locales. De hecho, argumentó que el progreso debe ir de la mano con la preservación de los valores culturales y sociales que definen a una comunidad.
Qué son los "Dumb Phones"
En este contexto, es importante entender qué son los "dumbphones", los dispositivos que Boric ha elegido como parte de su transición hacia una vida menos conectada. Los "dumbphones", o celular tonto, son dispositivos móviles básicos que permiten realizar llamadas y enviar mensajes de texto, pero carecen de las funciones avanzadas de los smartphones, como la conexión a internet, las aplicaciones y las redes sociales. Estos teléfonos están diseñados para simplificar la comunicación y minimizar las distracciones derivadas de la constante conectividad digital.
Al optar por un "dumbphone", Boric se suma a una tendencia creciente entre personas que buscan reducir su dependencia tecnológica y reencontrarse con una vida más centrada en las interacciones cara a cara, el trabajo productivo y el tiempo de calidad lejos de las pantallas. De esta manera, su decisión representa una reflexión más profunda sobre cómo la tecnología puede, a veces, deshumanizar nuestras relaciones y nuestra capacidad para desconectarnos.