En un tono sereno pero firme, el actor confesó cómo Marcela Kloosterboer y su madre fueron fundamentales en el momento más oscuro de su adicción, un punto de quiebre que, según él, definió el rumbo de su recuperación y marcó un antes y un después.
Desde hace años, Gastón Pauls convirtió su historia con las drogas en una herramienta para otros, pero esta vez eligió profundizar en el detalle emocional de su recorrido. Contó que atravesaba un grado de deterioro extremo, y que la negación se había vuelto parte de su rutina. Aun así, buscó expresar su relato sin dramatismo, apostando a que su sinceridad sirva de ayuda.
El actor recordó el instante exacto en el que entendió que no podía seguir. “Yo, después de varias noches sin dormir, en un momento el adicto tiene que decir “estoy siendo derrotado. Declararte derrotado es como ir contra la corriente. Tengo que declararme derrotado para empezar a ganar”, expresó. Esa frase, confesó, fue uno de sus gestos más duros.
En su reconstrucción apareció también Agustina Cherri, su expareja, quien actuó como puente hacia Marcela Kloosterboer y su madre, Cristina. “Ese es el primer paso, decir “no estoy pudiendo, estoy perdiendo 74 a 0 y van 10 minutos de partido. Me pude declarar derrotado un día diciéndole a Agus no puedo más, estoy enfermo, necesito ayuda”, relató. Y agregó el consejo que abrió su camino: “Agus me dijo, llamala a Cristina, que es la madre de Marcela”.
A partir de ese llamado, todo empezó a moverse. Gastón Pauls contó que se reunió con la reconocida psicóloga y con Marcela Kloosterboer, y que esa intervención fue el inicio real de su recuperación. “La llamé como podía y después me junté con ella. Ahí empezó mi recuperación. Toda la vida voy a estar agradecido con tu vieja, con vos, con Agus”, recordó, con evidente emoción.
El actor detalló que, en aquel encuentro, recibió un mensaje que le marcó el camino. Según su relato, ellas le advirtieron con crudeza y cariño que la vida que llevaba no tenía salida. “Te están diciendo, “mirá, por acá está todo mal y va a estar peor”, expresó. Esa sinceridad, dijo, fue lo que terminó de despertarlo y convencerlo de pedir ayuda profesional.
En el cierre de su testimonio, Gastón Pauls volvió a agradecer públicamente el rol de Marcela Kloosterboer, reconociendo que sin esa intervención su historia habría sido muy distinta. Para él, su recuperación demuestra que una mano tendida en el momento justo puede cambiar un destino. Y su reflexión final dejó un mensaje claro: incluso en el caos, siempre hay alguien dispuesto a sostener.