Un cadáver que sería el de Alexis Cuevas (23) fue hallado en un zanjón del arroyo La Mata, con dos puñaladas en el cuello y una bolsa en la cabeza.
Al cierre de esta edición el Cuerpo Médico Forense practicaba la autopsia, mientras que la Policía Científica comparaba las huellas dactilares del cadáver con los registros de Cuevas para determinar si se trata de él. A la vez se aguardaba la llegada de familiares del joven a la morgue para el reconocimiento del cuerpo.
La Brigada de Búsqueda de Personas, a cargo del comisario Hugo Morales, había llegado a la zona del camino Perón a realizar un rastrillaje porque fue el último lugar en donde el teléfono celular de Alexis Cuevas se activó. Se trata de un teléfono celular que su hermano había encontrado y que le dio, dijo su mamá porque el suyo lo llevó a arreglar.
El sábado a la noche Alexis había estado compartiendo con sus amigos y compañeros de trabajo en una vivienda del barrio San Martín. Luego lo acercaron al Centro en donde pidió bajarse en Rivadavia y España, frente a la parada de transporte público de pasajeros y desde ese momento no se supo más nada.
“Los muchachos que lo dejaron ahí son compañeros, dice que le preguntaron si quería que lo llevasen a la casa (en Km 3), y él dijo ‘me van a pasar a buscar’. ‘Bueno le dijeron, ‘entonces nosotros nos vamos’. Antes me mandó un mensajito, me dijo: ‘voy a llegar tarde’, eso fue lo último. Después intenté comunicarme con él y me daba el buzón. Pero era muy tarde era más de las 23”, contó María Victoria, la madre de Cuevas.
El joven trabajaba vendiendo a domicilio dos productos: automóviles con folletería y filtros de PSA. Vivía con su madre y sus hermanos en una vivienda ubicada dentro del predio de la cancha del club Talleres.
A Alexis le gustaba cocinar. De vez en cuando bromeaba con su madre. Era muy conservador, y hablaba lo estrictamente necesario. Su madre en la desesperada búsqueda le habló por los medios de comunicación, por si el joven había decidido marcharse de la vivienda y no decir en donde estaba. Pero se presume que ya lo habían asesinado. La información que se solicita a las compañías de teléfono para establecer las celdas que el teléfono ha utilizado en la comunicación tarda al menos 72 horas en llegar. Con esa información Morales comandó el rastrillaje, junto al jefe de Unidad Regional, Ricardo Cerda que llegó al lugar montando un caballo blanco y al frente de la Policía Montada. Mientras que el segundo jefe de Unidad, Luis Mellado participó de la búsqueda a bordo de una motocicleta comandando a la Sección Motos, que fue la que finalmente encontró el cuerpo que sería de Alexis.
Los agentes recién egresados de la Escuela de Formación Profesional también participaron del rastrillaje, además del gran trabajo que realizó el Bloodhound “Zeus” de la Sección Canes al que se lo hizo olfatear prendas de Cuevas y la suela de sus zapatos, lo que le permitió marcar en los albores de la investigación la presencia del joven en la calle España como su última posición antes de subirse a un vehículo. Ahora restan los análisis de cámaras de seguridad del sector, ya que no hay cámaras de seguridad del Centro de Monitoreo en el lugar que pudieran haber tomado a qué vehículo se subió Cuevas en el Centro la noche del sábado.
Cuando se encontró el cuerpo sobre el zanjón a unos 50 metros en el interior del mismo, sobre el cauce de agua del arroyo La Mata, a la vera del camino Juan Domingo Perón y a la altura del autódromo General San Martín, la Policía no permitió el acceso a nadie más sobre la zona. Y llegó al lugar la fiscal Andrea Rubio junto al funcionario de Fiscalía, Cristian Olazábal y los jefes de la Brigada de Investigaciones, Andrés García y Pablo Lobos.
En el lugar trabajó por varias horas Policía Científica, en busca de levantar evidencia importante, como las huellas dactilares en la bolsa que tenía el joven en la cabeza y los elementos que se podían llegar a ver en la zona.