A esta instancia Garay llegó privada de la libertad y debió ser trasladad desde la Unidad Penitenciaria N° 13, con asiento en La Pampa, a Comodoro Rivadavia para ser sometida a juicio. Su consorte de causa, Yohana Edith Santanta atravesó el proceso en libertad y no se presentó al juicio, por lo que el fiscal pidió que sea declarada rebelde y los jueces hicieron lugar a la petición, ordenándose además su captura.
LA CAUSA
La causa que se ventiló en juicio tuvo origen en el hallazgo de 15,316 kilos de marihuana que Gendarmería Nacional encontró en el auto de Garay, cuando junto a Santana pretendían ingresar esa cantidad de droga a Comodoro Rivadavia. Ello ocurrió a las 3:20 del 10 de mayo de 2015.
Las mujeres llegaron a esa hora de la madrugada y cuando lo gendarmes se acercaron a pedirle la documentación del vehículo sintieron un fuerte olor a alcohol que motivó el pedido de descenso de ambas. En el asiento delantero se observaron botellas de bebidas alcohólicas y paquete, tipo panes, que sobresalía por debajo de ambos asientos delanteros. A partir de esa observación se resolvió revisar de manera exhaustiva el auto junto a testigos y así fue que se descubrió el cargamento de droga.
Las dos mujeres declararon tras ser detenidas y se culparon una a otra. En algo fueron coincidentes. Las dos habían viajado a Puerto Madryn y allí se contactaron con un hombre de piel negra, quien les hizo la entrega de la droga que fue transportada hasta la entrada de Comodoro Rivadavia.
En el procedimiento también se secuestraron teléfonos celulares y tras la apertura de estos se pudo obtener prueba que complicó todavía más la situación de Garay. En los textos se pudo establecer el contacto que mantuvo con otra persona a la que mantuvo informada sobre la ruta que hizo y a la que le decía: "ojalá no haya controles". A la misma persona le avisó que la habían detenido en el ingreso a Comodoro Rivadavia.
Tras escuchar a los testigos e incorporar por lectura las declaraciones de las imputadas, el tribunal resolvió condenar a Cintia Andrea Garay como autora del delito de transporte de estupefacientes, mientras que la pena se ubicó en cinco años considerándose como agravante la cantidad de droga transportada. A todo ello se agregó una multa de 4.000 pesos.
Las mujeres llegaron a esa hora de la madrugada y cuando lo gendarmes se acercaron a pedirle la documentación del vehículo sintieron un fuerte olor a alcohol que motivó el pedido de descenso de ambas. En el asiento delantero se observaron botellas de bebidas alcohólicas y paquete, tipo panes, que sobresalía por debajo de ambos asientos delanteros. A partir de esa observación se resolvió revisar de manera exhaustiva el auto junto a testigos y así fue que se descubrió el cargamento de droga.
Las dos mujeres declararon tras ser detenidas y se culparon una a otra. En algo fueron coincidentes. Las dos habían viajado a Puerto Madryn y allí se contactaron con un hombre de piel negra, quien les hizo la entrega de la droga que fue transportada hasta la entrada de Comodoro Rivadavia.
En el procedimiento también se secuestraron teléfonos celulares y tras la apertura de estos se pudo obtener prueba que complicó todavía más la situación de Garay. En los textos se pudo establecer el contacto que mantuvo con otra persona a la que mantuvo informada sobre la ruta que hizo y a la que le decía: "ojalá no haya controles". A la misma persona le avisó que la habían detenido en el ingreso a Comodoro Rivadavia.
Tras escuchar a los testigos e incorporar por lectura las declaraciones de las imputadas, el tribunal resolvió condenar a Cintia Andrea Garay como autora del delito de transporte de estupefacientes, mientras que la pena se ubicó en cinco años considerándose como agravante la cantidad de droga transportada. A todo ello se agregó una multa de 4.000 pesos.