En la Cámara Penal de Comodoro Rivadavia se desarrolló ayer la audiencia de cesura o imposición de pena en el juicio por el homicidio de Alan Nahuelmilla, ocurrido en abril de 2018 en la Zona de Quintas del barrio Máximo Abásolo. El 11 de octubre último, el tribunal resolvió por unanimidad declarar penalmente responsable a Marcelo, Sebastián y Kevin Ibáñez, del delito de “secuestro coactivo doblemente agravado por la participación de 3 o más personas, seguido de homicidio culposo”. En la causa, además del homicidio de Alan Nahuemilla, se debatió sobre el secuestro y lesiones que sufrió un amigo que lo acompañaba.
En la audiencia de ayer, la Fiscalía como parte acusadora pidió sobre la base de las circunstancias atenuantes y agravantes del caso que se condene a Marcelo, Sebastián y Kevin Ibáñez a la pena de 25 años de prisión. Mientras, la defensa requirió el mínimo de la pena establecida para el delito. Finalmente el tribunal pasó a deliberar y mañana dará a conocer su veredicto.
El tribunal de debate fue integrado por los jueces Mariano Nicosia, Raquel Tassello y Mónica García. El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por la fiscal Camila Banfi y la funcionaria Inés Bartels. Mientras, los imputados fueron asistidos por los abogados particulares Mauro Fonteñez y Fiorella Picón. Asimismo se encontraban presentes familiares de la víctima acompañados por dos profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD).
La fiscal argumentó: “estamos ante un concurso de delitos que la Ley establece que debe aplicarse la de mayor gravedad que es de 15 a 25 años. A pesar de ser un hecho único, se produce una lesividad plural. Hubo dos víctimas y lesiones a diversos bienes jurídicos como la libertad, la integridad física y la vida de una víctima”.
Como circunstancias agravantes, Banfi se refirió a las diversas lesiones causadas a ambas víctimas, también el tiempo lugar y modo de comisión del delito para los tres imputados. “El hecho se cometió en la nocturnidad, el modo cruel en que se perpetró y los motivos que los llevaron a delinquir, el hacer justicia por mano propia. La violencia brutal que se usó y los medios empleados para cometer el hecho”, enumeró.
Como único atenuante, la fiscal indicó que los imputados no registran antecedentes penales.
Luego además de requerir 25 años de prisión para los tres, también solicitó que se mantenga la prisión preventiva que vienen cumpliendo, a partir de la existencia del peligro de fuga.
Mientras, los defensores plantearon la aplicación del mínimo de la pena establecido para el delito, sobre la base del principio de razonabilidad. Valoraron como atenuantes la falta de antecedentes penales de sus representados y la falta de procesos anteriores. También se refirió a la edad y al grado de maduración de sus asistidos. También las condiciones personales de sus defendidos. A la vez, adhirieron al mantenimiento de la prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme.
EL HOMICIDIO
El 14 de abril de 2018, a las 23, cuando Alan Nahuelmilla y su amigo B.G. circulaban por la calle Los Duraznos, en la Zona de Quintas del barrio Máximo Abásolo, fueron emboscados por cuatro hombres armados. Según la Fiscalía se trata de los cuatro integrantes de la familia Ibáñez llevados a juicio.
De acuerdo a la acusación fiscal, los hombres armados maniataron a sus víctimas, luego los ataron con una soga para arrastrarlos con una camioneta y trasladarlos hasta la vivienda de uno de los captores.
Una vez en el lugar los sometieron a diversos tipos de castigos físicos, como patadas y golpes en la cabeza con una pala y con la cacha de un arma de fuego. También a uno de ellos le cortaron las orejas con un alicate en reiteradas oportunidades. Los desnudaron y les tiraron agua fría. Arrojaban tiros al cielo y amenazaban con matarlos mientras les reclamaban que dijeran dónde estaba el televisor que le habían robado a uno de ellos.
La privación de la libertad y aplicación de torturas se extendió durante unas cuatro horas, mientras los captores grababan la agresión con teléfonos celulares.
Ya en la madrugada del 15 de abril de 2018 los secuestradores se retiraron del lugar junto a una de las víctimas. Se trata de Nahuelmilla, a quien arrastraron hasta el domicilio de uno de sus tíos donde lo abandonaron.
Al regresar al lugar, los captores que aún mantenían retenido a B. G. continuaron golpeándolo hasta que alrededor de las 8 lo liberaron. Antes de dejarlo libre lo amenazaron para que no denunciara lo sucedido. De esa manera, huyó hacia su domicilio para luego ser trasladado al Hospital Regional.
Mientras tanto, en el caso de Nahuelmilla, familiares lo trasladaron hacia el Hospital Regional donde luego de unas horas falleció por “traumatismo grave de cráneo por hemorragia intra-cerebral a causa de los golpes recibidos”.