Pasado el mediodía del ayer el tribunal de juicio dio a conocer su veredicto sobre las penas que tendrán que cumplir Marcelo, Sebastián y Kevin Ibáñez, quienes quince días atrás habían sido declarados por unanimidad penalmente responsables como “coautores” del delito de “secuestro coactivo doblemente agravado por la participación de tres o más personas, seguido de homicidio culposo”, en el caso que tuvo como víctima a Alan Nahuelmilla, de 17 años.
La escala penal que tuvieron en cuenta los jueces fue de 15 a 25 años de prisión. De esa manera condenaron a Marcelo Ibáñez a la pena de 18 años de prisión, a Sebastián Ibáñez a 16 años de prisión y a Kevin Ibáñez a 15 años de prisión, más accesorias legales y costas del proceso. Asimismo el tribunal resolvió, como lo solicitó la fiscal, mantener la prisión preventiva de los tres imputados hasta que la sentencia quede firme, a partir de la existencia del peligro de fuga.
En la audiencia de cesura, el miércoles último, la fiscal había solicitado que se condenara a los tres responsables a la pena de 25 años de prisión. Mientras, la defensa había requerido el mínimo de la pena establecida para el delito, es decir 15 años.
El tribunal de debate fue integrado por los jueces Mariano Nicosia, Raquel Tassello y Mónica García. El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por la fiscal general Camila Banfi. Mientras, los imputados fueron asistidos por los abogados particulares Mauro Fonteñez y Fiorella Picón. Asimismo se encontraban presentes familiares de la víctima acompañados por dos profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD).
EL HOMICIDIO
El 14 de abril de 2018, a las 23, cuando Alan Nahuelmilla y su amigo B.G. circulaban por la calle Los Duraznos, en la Zona de Quintas del barrio Máximo Abásolo, fueron emboscados por cuatro hombres armados. Según la Fiscalía se trata de los cuatro integrantes de la familia Ibáñez llevados a juicio.
De acuerdo a la acusación fiscal, los hombres armados maniataron a sus víctimas, luego los ataron con una soga para arrastrarlos con una camioneta y trasladarlos hasta la vivienda de uno de los captores.
Una vez en el lugar los sometieron a diversos tipos de castigos físicos, como patadas y golpes en la cabeza con una pala y con la cacha de un arma de fuego. También a uno de ellos le cortaron las orejas con un alicate en reiteradas oportunidades. Los desnudaron y les tiraron agua fría. Arrojaban tiros al cielo y amenazaban con matarlos mientras les reclamaban que dijeran dónde estaba el televisor que le habían robado a uno de ellos.
La privación de la libertad y aplicación de torturas se extendió durante unas cuatro horas, mientras los captores grababan la agresión con teléfonos celulares.
Ya en la madrugada del 15 de abril de 2018 los secuestradores se retiraron del lugar junto a una de las víctimas. Se trata de Nahuelmilla, a quien arrastraron hasta el domicilio de uno de sus tíos donde lo abandonaron.
Al regresar al lugar, los captores que aún mantenían retenido a B. G. continuaron golpeándolo hasta que alrededor de las 8 lo liberaron. Antes de dejarlo libre lo amenazaron para que no denunciara lo sucedido. De esa manera, huyó hacia su domicilio para luego ser trasladado al Hospital Regional.
Mientras tanto, en el caso de Nahuelmilla, familiares lo trasladaron hacia el Hospital Regional donde luego de unas horas falleció por “traumatismo grave de cráneo por hemorragia intra-cerebral a causa de los golpes recibidos”.