Los mitos alrededor de la muerte de la joven Brittany Murphy

Hace diez años la actriz en ascenso Brittany Murphy fue encontrada sin conocimiento en el baño de su mansión en Los Ángeles. Cinco meses después fallecía su pareja. Lo que para las autoridades fueron muertes naturales ha dado pie a todo tipo de teorías sobre las muertes: desde un moho tóxico a lazos con la mafia.

El 20 de diciembre de 2009 el mundo fue testigo de la gran última muerte sin resolver de Hollywood: el repentino fallecimiento de la actriz Brittany Murphy. A sus 32 años, la intérprete conocida por películas como 8 Millas (que protagonizó con el rapero Eminem) era considerada una de las grandes revelaciones en la industria cinematográfica de la última década y su repentina muerte causó una gran conmoción en la opinión pública por lo inesperado de la misma.

Más aún cuando, solo cinco meses después, fallecía también su pareja, Simon Monjack, con síntomas similares. Fue entonces cuando muchos se negaron a creer en la casualidad y, huyendo de la versión oficial (neumonía e intoxicación farmacológica), empezaron a desarrollar todo tipo de teorías. Diez años después de aquello, repasamos las claves de un caso que muchos siguen pidiendo reabrir.

“Estoy convencido de que Brittany Murphy y Simon Monjack fueron envenenados”. Bryn Hammond, cineasta y autor del único libro publicado hasta la fecha acerca del fallecimiento de la actriz, tiene claro que las autoridades cerraron con premura e imprudencia dos posibles homicidios.

En A Case For Murder: Brittany Murphy Files, Hammond desarrolla la teoría del asesinato –negada por las autoridades– basándose, sobre todo, en las diferentes conversaciones que mantuvo con el padre de la actriz, Angelo Bertolotti. “En el caso de Brittany me inclino más por calificarlo como un asesinato misericorde [debido a su enfermedad], pero el de Simon fue a sangre fría. Espero que algún día reabran el caso”, asegura Hammond a ICON, evitando señalar a los supuestos responsables del crimen, pero dejando caer: “Sharon, la madre de Brittany, debería volver a ser interrogada”.

Fue Sharon Murphy, precisamente, la que encontró a su hija desplomada en el baño en la mañana de aquel fatídico 20 de diciembre. Pese a los intentos de reanimarla, dos horas después los médicos del hospital Cedars-Sinai Medical Center certificaron la defunción.

La intérprete se dio a conocer por su papel de Tai en el filme, hoy de culto, Fuera de onda (Clueless), y había cimentado su posición como gran promesa a comienzos del siglo gracias a películas como Inocencia interrumpida, 8 millas o Recién casados. En 2009, sin embargo, su carrera pasaba por uno de sus peores momentos, alejada de la primera línea de Hollywood y recluida en proyectos de escasa vida comercial.

Su frágil estado de salud –su delgadez se había acentuado en los últimos meses– multiplicó la rumorología sobre supuestos trastornos alimentarios y la adicción a opioides como la Vicodina. Todos desmentidos por ella en vida, pero que tras su fallecimiento resonaron con la fuerza propia del Hollywood más sensacionalista.

La oficina forense de Los Ángeles fue explícita sobre las causas de la muerte de Murphy: “Neumonía agravada por la severa falta de hierro y una intoxicación causada por diferentes fármacos”. Las autoridades no encontraron indicios de criminalidad y el asistente del juez instructor del caso, Ed Winter, la calificó de “muerte accidental pero evitable”. “Ha estado enferma durante cerca de dos semanas. Si la hubieran llevado a un doctor o al hospital, se podría haber tratado”, declaró.

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Clueless.
Clueless.

Los medios amarillistas no tardaron en poner bajo la lupa al que era su esposo desde 2007, el guionista y director de cine británico Simon Monjack. Con diferentes problemas con la justicia y una supuesta drogadicción severa, muchos lo culparon de la acentuada caída personal y profesional de la intérprete. El viudo se defendió atacando. Por ejemplo, al estudio Warner Bros, al que amenazó con una demanda por haber “devastado” a su mujer tras no contar con ella para repetir su trabajo como dobladora de uno de los personajes de la cinta de animación Happy Feet 2.

“La relación de Simon Monjack y Brittany Murphy era estrictamente platónica y su matrimonio era solo de conveniencia”, explica a esta revista Hammond, que señala los problemas con los papeles de residencia del británico la verdadera razón de su compromiso. “Iba a ser expulsado del país, pero Murphy había invertido mucho dinero en una película (The White Hotel) que él iba a dirigir y no podía permitirse perder su inversión, así que contrajeron matrimonio. Las autoridades se pusieron en alerta ante esta situación y la presión de la investigación llevó a Murphy a aumentar sus dosis de medicación”, añade.

La tragedia alcanzó tintes de una novela negra best seller cuando, solo cinco meses después, Monjack apareció muerto en la misma casa en la que falleció Murphy. ¿La causa? “Neumonía y anemia”, exactamente la misma enfermedad que le fue diagnosticada a su pareja. En otro giro de guion, Jeffrey Morgenroth, responsable financiero de Brittany Murphy, declaró a la revista People –no a la policía– que en el tiempo que transcurrió entre ambas muertes Monjack vació las cuentas bancarias y de pensiones de la actriz hasta en un 80%.

Las teorías conspiranoicas no acabaron ahí e incluso se valoró la influencia en la tragedia de un moho tóxico presente en la casa (en la que habían vivido Britney Spears y Justin Timberlake), una hipótesis también descartada por las autoridades. Pero la gran conmoción llegó cuando el padre de la actriz, Angelo Bertolotti, ausente durante la mayor parte de su vida, declaró que estaba convencido de que su hija había sido envenenada.

Bertolotti, con lazos confesos con la mafia y que cumplió 12 años de condena en prisión, hizo públicos en 2013 los resultados de unos análisis del pelo de la actriz que él mismo encargó a dos estudios independientes. En ellos se detectó una inusual concentración de metales pesados y tóxicos, similar a la que se pueden encontrar en insecticidas o veneno para ratas.

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8 Mile.
8 Mile.

Sharon Murphy, única heredera de la fortuna –o lo que queda de ella– de su hija, fue señalada como la posible culpable por su exmarido. “Sharon tiene que explicar por qué hizo que mi hija redactara su testamento y le dejara todo a ella. Porque lo llevó a cabo justo después de que Brittany y Simon le contaran que querían mudarse a Nueva York y tener un hijo. Dejemos que Sharon explique cómo pretendía mantenerse por sí misma, por qué subastó hasta la ropa interior y el pasaporte de Brittany. Hay muchas preguntas que tienen que ser contestadas. De las tres personas que vivían juntas en la misma casa, solo una sobrevive y se beneficia económicamente”, contó el progenitor en una entrevista en The Examiner en 2014.

Tanto la policía como el Consejo Americano de Toxicología Forense (ABFT) calificaron la acusación de “ridícula” y señalaron la presencia de toxinas en el cabello de la estrella a las diferentes tinturas capilares que solía utilizar. Sharon Murphy publicó una carta en The Hollywood Reporter negando cualquier participación en la muerte de la pareja, pero volvió a dejar una puerta abierta a la conspiración al asegurar que “nunca sabremos con seguridad qué es lo que realmente mató a Brittany”.

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Junto a Simon Monjack.
Junto a Simon Monjack.

“Bertolotti era un exgánster y un experto en actividad criminal. Cuestionó ambas muertes y pidió análisis adicionales para su hija, como cualquier otro padre con sospechas haría”, sostiene Hammond, que da pie a la versión de Bertolotti, fallecido en enero de este año. “Ya que su padre murió, no sé si alguien podría querer tratar de reabrir el caso. Si así ocurriera, Sharon debería ser interrogada”, añade Hammond.

Diez años después de la inesperada muerte de Brittany Murphy, uno de los capítulos más tristes y controvertidos del Hollywood, muchos siguen intentado encajar las piezas de un rompecabezas que insisten en calificar de incompleto. Igual que ha ocurrido en el caso de grandes leyendas como Marilyn Monroe o Bruce Lee, el fallecimiento prematuro de la actriz ha servido para alimentar el mito, desoyendo la versión oficial ofrecida por las autoridades en busca de una explicación más glamurosa que una terrenal neumonía.

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