De muy pequeña (9 años) Marianella Gandulfo hacía renegar a su mamá Carla. En especial porque cada vez que podía cruzaba la avenida y con una guinda bajo el brazo se encontraba con otros nenes en Calafate RC para darle vida a la pelota.
Hija mayor de cinco mujeres, había probado hóckey. Pero nada le apasionaba más que ver jugar a tíos y parientes en la defensa de la ovalada.
Bastó el apoyo de su padrastro Carlos Puebla para que en forma recreativa y con varones, Marianella comience a conocer los fundamentos del rugby en Km 3.
Catorce años pasaron, y ayer por la mañana sonó el teléfono particular de Marianella en la capital petrolera. Del otro lado, el cuerpo técnico de la selección nacional de rugby femenino la confirmaba para que se presente el lunes en el CeNARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportiva) para una segunda convocatoria.
Entonces la joven de 24 años que se desempeña como administrativa entendió que esa pasión de niña por la guinda la deja a un paso de ser la primera mujer del sur argentino en vestir la "albiceleste".
A su lado, como cuando era pequeña, está la mano de Raúl Galván. Un tipo curtido en el oficio. Y el único ídolo de Marianella en el 'mundo rugby'. Por lo que supo vivir como jugador y lo que transmite el profesor cada día que se encuentran para los entrenamientos diarios.
"Hoy (por ayer) por la mañana me llamaron para la segunda convocatoria (NdE: la primera fue hace tres semanas en Caleta Olivia) para citarme al CeNARD la semana que viene. Y es un orgullo ser la única patagónica. A la vuelta seguro volveré con planes para trabajar en lo individual, pero ya estoy en 'la lista' que puede ser convocada para viajar con el seleccionado nacional", sostuvo agradecida Marianella a El Patagónico.
La convocatoria la hace el técnico de Las Pumas (profesor Diego Mason) donde la apertura en el primer equipo de Calafate medirá su potencial junto a otras jóvenes.
"Cuando me propuse abrazar el rugby nunca lo hice pensando en llegar a esto que me está pasando. Sí lo práctico y lo vivo a pleno es porque haces amistades a prueba de todo con quienes salís a la cancha. Por eso cuando tenía 14 años y no había equipos me puse a hacer taekwondo. Y cuando Raúl (Galván) armó el primer equipo femenino retorné a mi primer amor", sostiene.
A la hora de encontrar el 'por qué' de la convocatoria, a Marianella le cuesta mirarse a sí misma como jugadora. Sí reconoce que el haber jugado de niña (con el actual entrenador) hizo que pudiera tener una visión de juego que va más allá de lo físico y lo táctico.
Lo concreto, es que es esa niña que se escapaba con una guinda bajo el brazo hoy está a un paso de vestir la "albiceleste", porque supo perseguir un sueño, uno que la llevó a trascender fronteras.
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Por Angel Romero
- 07 septiembre 2016