“La música estuvo conmigo desde que tengo memoria”, asegura Maximiliano Damián Pérez, joven músico de Comodoro Rivadavia, cuyo recorrido artístico comenzó de manera informal pero significativa en su infancia. Con apenas siete años, su padre le regaló una guitarra, un gesto que más tarde se convertiría en el punto de partida de una pasión que lo define hasta hoy. "Al principio era solo aprender a afinar y los primeros acordes, pero me contaron que los profesores se sorprendían de lo rápido que aprendía", recuerda en comunicación con El Patagónico.
A los nueve años, su formación musical tomó un giro más concreto en el instituto de Christian Snyders, que describe como una "escuela de rock". “Éramos cuatro pibitos haciendo covers de AC/DC y otras bandas nacionales e internacionales. Ahí fue la primera vez que toqué una guitarra eléctrica y me enamoré de la distorsión. Hasta cambié mi primer amplificador por uno más pequeño solo porque tenía distorsión”, detalla.
Foto: Maxi Pérez a los 9 años tocando el bajo en una presentación.
A pesar de su talento y avance temprano, Maxi Pérez enfrentó obstáculos que marcaron su adolescencia. "Tenía mutismo selectivo. No podía ni hablar en clase, mucho menos en un acto. Me escondía en los instrumentos porque era la única manera en la que podía expresarme". Sin embargo, a los 13 años, logró romper esa barrera. "Fue como si de repente se activara algo en mí. Empecé a hablar, y en menos de un mes ya estaba cantando frente a un público".
El apoyo de su entorno también jugó un rol crucial. "La primera vez que canté en público fue en la estudiantina del San José Obrero (donde transitó su primera etapa de secundaria), y aunque no estaba tan preparado, los aplausos lo cambiaron todo. Más tarde, en la Escuela de Arte, esos aplausos fueron más constantes, y eso te llena de confianza. Es como si te dijeran: 'Dale, seguí adelante'".
La Escuela de Arte (donde transitó su segunda etapa de secundaria) no solo le ofreció un espacio para mostrar su música, sino que también influyó en su perspectiva sobre la vida y el arte. “No aprendí tanto técnicamente como esperaba, pero lo humano fue lo más importante. Ahí sentí el acompañamiento, sobre todo para quienes enfrentábamos desafíos o nos sentíamos minorías”, reflexiona.
A pesar de haber desarrollado una sólida base musical de forma autodidacta, la formación en la Escuela de Arte le permitió perfeccionar su capacidad para combinar instrumentos y crear música única. “Desde chico imitaba shows de bandas como Twenty One Pilots en el quincho de mi casa, pero todo lo que fui probando ahí lo estoy aplicando ahora en vivo. Siempre fue un ensayo para lo que vendría después”.
El año 2023 marcó un punto de inflexión en su carrera. "Gastón (Miguel, solista e integrante de Polifonía) fue la primera persona con la que toqué en serio. Fue como un sueño: él también es fanático de Twenty One Pilots, y conectamos al instante. Ensayamos durante un año entero para presentar mi primer álbum Cielo Rosa, y en febrero de 2024 lo hicimos realidad".
UN “CIELO ROSA” ENTRE CIELOS GRISES
El proceso de creación de su primer álbum, Cielo Rosa, comenzó a los 16 años, durante la cuarentena. "Ya venía grabando y produciendo desde los 15, pero nunca había terminado una canción al 100%. Fue entonces cuando lancé mi primer sencillo, Cien Misiles, y luego Algo en qué pensar, que se convirtió en la primera canción que escribí y compuse", explica Maxi.
El proyecto tomó forma de manera gradual. "Al principio, hacía canciones sueltas sin pensar en un álbum. Pero cuando me di cuenta de que tenía cinco o seis temas, me pareció que podían funcionar mejor si los unía bajo un concepto común". Así nació Cielo Rosa (2022), un álbum profundamente introspectivo que aborda temas como el amor, la ansiedad y las experiencias personales vividas durante su adolescencia. "La última canción del disco trata sobre la separación de mi primera relación seria. Es como si todo lo vivido en esos años estuvieran contenidos en el álbum".
Maxi se encargó de todos los aspectos de la producción, desde la composición y grabación hasta la mezcla y masterización. "Lo aprendí todo viendo videos en YouTube. Me gusta estar en los detalles y tener control artístico, aunque eso a veces significa no recibir muchas opiniones externas. Tal vez era por vergüenza o miedo al rechazo, pero no me arrepiento de haber hecho el álbum solo. Siento que eso me dio herramientas para manejarme en el futuro".
La presentación en vivo de Cielo Rosa tuvo lugar en febrero de 2024, más de un año después de su lanzamiento. "Siempre me imaginé cómo sería escuchar mis canciones en vivo, aunque el sonido no salió como esperaba por temas técnicos. Pero el momento más importante fue cuando vi a mi mamá llorando mientras todos aplaudían de pie al final de Me quema el alma. Eso hizo que todo valiera la pena".
Entre sus influencias musicales, Maxi menciona nombres icónicos como los ya nombrados Twenty One Pilots, The Cure y The Police que fueron herencia de su tía Eli, Soda Stereo y Cerati. "Si tuviera que imaginarme a quién quisiera parecerme como artista, sería a Cerati. No solo por lo musical, sino por su estilo y su onda. También admiro a bandas actuales como El Mató a un Policía Motorizado, porque están haciendo algo increíble desde Argentina y eso me inspira mucho".
FIESTA BABAS Y EL “VIRUS” DE LA MUSICA
En diciembre de 2024, Maxi tuvo la oportunidad de participar en la Fiesta Babas, un evento consolidado en Comodoro que homenajeó en esta ocasión a la icónica banda Virus. "Siempre me gustó la idea de que artistas locales tengan la oportunidad de subir al escenario del Sótano. Cuando me llegó el mensaje de invitación, ni lo terminé de leer, ya estaba pensando qué canción elegir", recuerda emocionado sobre su presentación en la icónica fiesta comodorense.
Maxi interpretó dos temas: Pronta Entrega e Imágenes Paganas. "Pronta Entrega es una canción especial para mí porque la descubrí con un amigo, Nacho, y siempre la asocié a momentos felices. Por otro lado, Imágenes Paganas me marcó más recientemente, por el sentimiento que transmite al cantar el estribillo. Fue una experiencia increíble, incluso me ayudó a descubrir que no soy tan tímido en el escenario como pensaba".
Foto: Maxi Pérez en el homenaje a Virus de la Fiesta Babas
Además de su participación en este homenaje, Maxi lanzó en abril de 2024 el sencillo Cerremos los ojos. "Lo publiqué el 22 de abril, una fecha especial porque es el cumpleaños de mi ex pareja. Esa relación influyó mucho en mis primeras composiciones, pero esta canción fue diferente: nació en un momento de introspección y madurez, luego de haber superado la dependencia emocional".
En cuanto a su evolución musical, Maxi reconoce un cambio significativo desde los primeros temas de Cielo Rosa. "Al principio, mis canciones tenían muchas capas de sintetizadores y seguían estructuras simples. Ahora busco un sonido más orgánico, incorporando guitarras eléctricas, acústicas y baterías reales. También cuido más los arreglos y las voces, jugando con coros y modulaciones. Siento que mis canciones están más equilibradas, con menos elementos, pero mejor trabajados".
Cuando se trata de artistas locales, Maxi encuentra inspiración en nombres como Gaby Caniza y Josefina Amado. "Con Gaby me pasó algo especial; su música me hizo sentir acompañado, algo que nunca había experimentado con otro artista local. Y Josefina, con su último álbum, Regalando vida en flores muertas, alcanzó un nivel de producción que siempre soñé para la música de Comodoro. Es un orgullo ver lo que ella y otros artistas como Raybet están logrando".
UN AÑO PARA ATESORAR Y UNA MIRADA AL FUTURO
El 2024 marcó un año decisivo en la carrera de Maxi Pérez, no solo por los reconocimientos y oportunidades que recibió, sino también por los pasos que comenzó a planear hacia el futuro. Su participación en eventos como la Fiesta Babas y su reciente invitación para cantar un tema con el artista comodorense Santiago Raybet reflejan un crecimiento artístico que trasciende los círculos familiares y de amigos cercanos. "Cuando me dijeron que sonó mi nombre para una colaboración (en el recital de Raybet), no podía creerlo. Es emocionante saber que artistas locales reconocen lo que hago”.
Sobre esta presentación, realizada el última sábado 18 de enero Maxi relató que a pesar de algunos inconvenientes técnicos que generaron un poco de estrés en los participantes “aparecí en medio del tema ´SOS´, un tema que le pedí a Raybet porque es uno de mis temas favoritos. Haber conocido a su banda fue algo impresionante, por la profesionalidad que tienen ellos y Raybet, no solo en el sonido, sino que también en el sonido arriba del escenario. Me alegró haber conocido profesionales así. La gente que me bancó y se copó me llenó un montón, me sentí más tranqui, más suelto, más libre, me sirvió mucho para saber cómo quiero ser arriba del escenario”.
Foto de Instagram @happy.ruka: Maxi Pérez y su abrazo con Raybet
Aunque su enfoque está en consolidarse en la música, Maxi combina esta pasión con otra: el vóley. Lo que comenzó como una forma de canalizar la ansiedad, se transformó en una segunda vocación. "Pasé de aprender a jugar en el Gimnasio Municipal N° 2 a ser profesor de dos grupos. El vóley me ayudó mucho a socializar y a ganar confianza, algo que ahora traslado a mi faceta musical", explica.
Con 500 oyentes mensuales en Spotify, un repunte impulsado por playlists internacionales y su creciente visibilidad en el circuito musical de Comodoro, Maxi tiene claro su próximo objetivo: presentarse más en vivo y dar forma a su segundo álbum. "Ya tengo todas las ideas, solo falta grabar y producir. Quiero que este disco hable del paso de la adolescencia a la adultez, de cómo encontrar sentido en las vivencias más difíciles".
Maxi define su música como un viaje nostálgico con tintes de melancolía, influenciado por The Smiths, The Cure y Twenty One Pilots. "Busco darle un sentido a lo malo que viví. Mi sueño es que alguien cante una de mis canciones en vivo y le encuentre su propio significado".
En cuanto a qué canción le gustaría escuchar coreada por el público, no duda: "De las que ya lancé, Me quema el alma es mi favorita. Pero si pienso en lo nuevo, sería El mar más azul, porque tiene el estribillo más sentido que hice hasta ahora".
Con una mezcla de introspección y ambición, Maxi Pérez sigue construyendo un camino único, donde la música es tanto un refugio como un puente hacia nuevas experiencias.
Foto: Instagram @dznicki