Como cada miércoles, los jubilados marcharon frente al Congreso Nacional para reclamar un aumento en sus haberes y expresar su repudio a los vetos presidenciales. Sin embargo, la jornada volvió a estar marcada por la represión policial.
Según testigos, el sacerdote Francisco “Paco” Olveira —conocido por su labor pastoral en la Villa 21-24 y su participación en la Mesa Ecuménica junto a jubilados y trabajadores del hospital Garrahan— se encontraba acompañando la movilización con una oración, cuando personal policial comenzó a desalojar la zona. En ese momento, se produjo un forcejeo que terminó con su detención y la de Fidel Tomás Bravo.
“Nos empezaron a empujar como si fuéramos un trapo de piso. Nos pegaron, lo agarraron a Fidel para llevárselo preso, y si no iba, se lo llevaban a él. Nos pusieron sus pies sobre las cabezas, nos esposaron y nos metieron al móvil”, relató el padre Paco tras ser liberado.
El sacerdote, que fue retenido durante varias horas, cuestionó la respuesta del Gobierno nacional: “Lo único que sabe hacer este gobierno es reprimir. Por más que haya un porcentaje de gente a la que no le importe lo que le pasa a los jubilados, a los pobres o a los discapacitados, hay otros que sí, y son ellos los que salen a la calle”.
La protesta, que suele desarrollarse de manera pacífica, se encontró esta vez con un amplio operativo de seguridad, vallados metálicos y efectivos motorizados desplegados para impedir el avance de los manifestantes.
“Hoy voy a participar de la marcha y después a rezar, como hacemos siempre”, había dicho Paco antes del comienzo de la movilización. Minutos más tarde, sería golpeado y detenido.