Dicen que todo en la vida tiene sus pros y sus contras. Fausto junto a su pareja Romina Quiroga –referente del femenino del “Luso”- fueron padres justo antes de terminar la secundaria. Aquel momento de cambios e incertidumbres, se traslada en la actualidad a una vida de disfrute de su hijo.
Fausto comenzó a jugar rugby a los seis años y no paró hasta los 18, cuando fue papá. Tocó cambiar el deporte por trabajo y estudio. Cuando Enuel cumplió 4, volvió y se dio que surgía el rugby femenino en la institución, por lo que Romina se sumó a aquel primer equipo de mujeres “lusitanas” y el niño comenzó a practicar también.
Después de una vida en el club, el último fin de semana vivieron un momento único e irrepetible. El año pasado en Gaiman con Intermedia ya habían compartido un ratito cancha y también en el debut de este Regional Patagónico ante Las Aguilas en Tierra del Fuego, pero esta vez fue distinto. Es que fue en casa, con familia, amigos y en marco de un torneo de primer nivel.
Luego del duelo y de las fotos para inmortalizar el momento, los abrazos y alguna lágrima de felicidad, ambos se sentaron y contaron cómo vivieron el momento.
“La sensación de estar al lado en la cancha es única. La verdad estoy feliz. El día a día del club lo teníamos de antes. Yo lo entrené y él siempre venía a verme a los partidos. Si yo me quedaba a comer, él se quedaba”, comentó Fausto emocionado.
Por su parte, Enu, abrazando a su padre, agregó: “ defender estos colores es algo maravilloso. Con mi papá compartimos un montón de cosas. Hay quienes dicen que tener un hijo a los 18 años es una mierda, pero la verdad este es un momento hermoso que me llena el alma”.
Los padres saben en primera persona lo que costó este presente, lo que lucharon en silencio para guiarlo de la mejor manera. Y después de tanto tiempo, como escribió en “Zona de promesas” Mercedes Sosa: “tarda en llegar, y al final, al final hay recompensa”.
Por eso, la otra protagonista y no menos importante, es mamá Romina. Con el mismo amor por la ovalada, fue jugadora, capitana y actual técnica del equipo.
“Me pone feliz verlos juntos, con la misma pasión y por un mismo objetivo. Me emocionan porque así son en la cancha y en la vida diaria. Los amo”, remarcó la mujer de la familia.
Aparte de jugar, el joven también oficiaba el último tiempo de referee, algo que no abunda en la actualidad en la Unión. “Siempre fui un apasionado por las leyes, me encanta. El año pasado me dediqué solo a referear. Siempre voy a estar para dar una mano, pero este año me puse con el objetivo fijo de jugar en Primera y poder hacerlo con mi papá. Tenía miedo de que cuelgue los botines porque andaba medio vago los últimos tiempos (risas)”, enfatizó.
El “luso” está defendiendo el título obtenido la pasada temporada y comenzó de la mejor forma con dos victorias. Este fin de semana recibirá a un durísimo rival como Roca RC.
“El torneo es durísimo. Todos los partidos tenes bajas. Se vienen 3 rivales durísimos. A poner todo porque ya tengo 36 años”, cerró Fausto.