Luego de haber sido la más beneficiada por las políticas del macrismo con el impulso de Vaca Muerta, la Cuenca Neuquina es ahora una de las regiones más afectadas de la industria petrolera por la caída de la demanda que provoca la cuarentena obligatoria por el coronavirus y la propia crisis económica que ya venía arrastrando el país.
Según publica el diario Río Negro, son varias las empresas que se vieron forzadas a cerrar sus pozos productores ante la imposibilidad de acopiar o transportar el petróleo, e incluso desde YPF se debió paralizar la actividad en una de sus refinerías.
Desde el inicio de la cuarentena, el 20 de marzo, en el país sobra petróleo. La producción nacional excede la deprimida demanda de combustibles y los tanques aguas arribas y abajo de los yacimientos se fueron llenando.
En Vaca Muerta es donde se vio la peor imagen esta semana. Sólo YPF frenó la producción de cerca de 21.000 barriles de petróleo por día al reducir al 50% la producción de su bloque insignia, Loma Campana, en un acuerdo con Chevron.
Pero desde Vista Oil&Gas se debió no solo seguir los mismos pasos, sino que la petrolera de Miguel Galuccio se vio forzada a cerrar toda su producción en su área de Vaca Muerta, Bajada del Palo Oeste, ante la inexistencia no sólo de lugar donde acopiar y espacio en los ductos, sino fundamentalmente de compradores.
Un caso intermedio se ve en estos días con Shell, que en sus desarrollos masivos en Vaca Muerta está solo produciendo la cantidad que logra vender, manteniendo cerrados el resto de los pozos.
CIERRE DE LA REFINERIA
Pero la crisis recorre de punta a punta al sector petrolero y no es solo del upstream. En el downstream, según publica ese diario, YPF tomó otra medida de peso y desde hace un par de días paralizó las actividades en una de sus refinerías, la de Plaza Huincul.
Esa refinería fue la que YPF definió como la primera planta 100% exclusiva de Vaca Muerta, ya que su principal aporte es del shale oil de la zona.
El complejo colmó la capacidad de almacenamiento de sus tanques de crudo, en donde acopió unos 250.000 barriles (4.000 metros cúbicos). Pero también agotó la capacidad de su almacenamiento de combustibles ya procesados.
Sin un escenario de demanda claro por delante, la refinería que abastece a Neuquén, Río Negro, La Pampa, parte de Chubut y el sur de Buenos Aires apagó sus sistemas. Algo que solo sucede en los mantenimientos y que implicará que para que vuelva a producir tomará días desde el reinicio de los sistemas, grafica Río Negro.