Roma también se metió en la final

El cuadro italiano, donde juega el argentino Paulo Dybala, empató sin goles con el Bayer Leverkusen de Alemania y clasificó a la final de la Europa League porque en la ida había ganado 1-0.

Roma de Italia se clasificó este jueves para jugar la final de la UEFA Europa League al empatar sin goles con el Bayer Leverkusen de Alemania.

Tras el 1-0 que logró en la ida, se concentró en mantener imbatida su valla e hizo poco o nada por el ataque. Y le salió bien.

En el minuto 2 el equipo italiano dio un susto a los locales con un remate desviado desde la media luna de Lorenzo Pellegrino. Lejos de ser una declaración de intenciones, el Leverkusen se hizo con el control del duelo frente a un rival muy replegado.

Roma dejó el balón al equipo de Xabi Alonso, procuró cerrar su área y hacia adelante hizo poco más que intentar salir con balones largos. Fue, desde el comienzo, un partido típico de José Mourinho.

El Leverkusen intentó circular la pelota para abrir espacios y buscó crear peligro con remates desde fuera del área.

La mejor ocasión en la primera parte la tuvo Mousa Diaby, con un remate al travesaño desde un ángulo cerrado en el minuto 12 tras recibir un pase de Florian Wirtz.

Más tarde, en el 21, Rui Patricio tuvo que desviar a saque de esquina un disparo de Kerem Demirbay.

Poco antes del final de la primera parte Roma logró quitarle ritmo al partido 'estirando' un poco el reglamento, demorando el lanzamiento de las faltas a favor y generando interrupciones con lesiones fingidas y reales.

En la segunda parte, Roma empezó a mostrarse mas agresivo y el Leverkusen empezó a dar muestras de nerviosismo.

El partido se enredó y el Leverkusen no volvió a rematar al arco hasta el minuto 65, con una cabezazo de Azmoun al cuerpo de Rui Patricio.

Un remate desde lejos de Demirbay, en el minuto 67, puso en problemas a Rui Patricio, que solo pudo parar el balón a medias, pero Mancini evitó que Azmoun tomara el rebote y cedió un saque de esquina.

El Leverkusen chocaba contra un muro y Roma seguía con su estrategia de cerrar el área y perder tiempo para quitarle ritmo al partido.

Al final, se agregaron 8 minutos y pudieron ser más, pero al Leverkusen se le terminaron las ideas pese a que Xabi Alonso lo había apostado casi todo por la ofensiva con los ingresos de Hlozek y Amiri por Tah y el argentino Exequiel Palacios.

Los jugadores de Roma siguieron rodando por el césped y pidiendo ser atendidos casi por cada roce.

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