La fecha fue instaurada en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP), en colaboración con la OMS. Desde entonces, la jornada busca alentar a gobiernos, instituciones, comunidades y personas a tomar medidas concretas para prevenir el suicidio, promoviendo políticas de salud mental y fomentando el apoyo mutuo.
Uno de los principales desafíos para abordar el suicidio es romper el estigma que lo rodea. Muchas personas que padecen problemas de salud mental o pensamientos suicidas no buscan ayuda por miedo a ser juzgadas o incomprendidas. En este sentido, la prevención requiere una sociedad más empática, capaz de identificar señales de alarma y de brindar apoyo a quienes lo necesitan. Hablar abiertamente sobre estos temas es clave para salvar vidas.
CAUSAS
Las campañas que se realizan en el marco de este día ponen énfasis en la importancia de generar redes de contención y ofrecer recursos accesibles para la atención de la salud mental. Las líneas de asistencia telefónica, los servicios de intervención en crisis y los programas de apoyo en escuelas y lugares de trabajo son algunas de las iniciativas fundamentales que pueden marcar la diferencia.
Además, la prevención del suicidio implica un enfoque integral que aborde los factores sociales, económicos y psicológicos que contribuyen al riesgo de suicidio. Entre las principales causas se encuentran la depresión, el abuso de sustancias, el aislamiento social, la violencia de género, el acoso y la discriminación. Por esta razón, es vital que las políticas de salud mental estén acompañadas de esfuerzos por mejorar las condiciones de vida y fomentar comunidades más inclusivas y solidarias.
FACTORES E RIESGO
El suicidio es un problema complejo en el que intervienen todo tipo de factores: psicológicos, ambientales, sociales y biológicos. Se han determinado algunas causas que influyen en las conductas suicidas:
- En los niños y adolescentes, influyen especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, enfermedades mentales, la pérdida de un ser querido, la depresión, aislamiento social, abuso de drogas y alcohol.
- Para las mujeres y hombres, suponen un factor muy importante las relaciones con otras personas, la violencia doméstica o el estrés en el ámbito de la familia, aunado a las enfermedades mentales, abuso de alcohol y drogas, entornos familiares problemáticos.
- Los estudios señalan que en el grupo de edad de las personas mayores cuentan especialmente factores como la depresión, el dolor físico a causa de una enfermedad, el aislamiento social y familiar.
SEÑALES DE ALERTA
No siempre se puede saber si alguna persona de nuestro entorno inmediato está pensando en el suicidio, pero hay algunas señales de alerta que pueden hacer sospechar:
- Habla acerca del suicidio, o expresar frases como “desearía no haber nacido”, “quisiera estar muerto”, o similares.
- Intenta obtener medios para hacer efectivo el suicidio.
- Retraimiento extremo.
- Cambios de humor.
- Preocupación por la muerte.
- Sentir impotencia y desesperanza ante una situación.
- Abuso de alcohol y drogas.
- Cambios en la rutina normal.
- Hacer cosas autodestructivas e imprudentes.
- Despedirse de las personas como si fuera a ser definitivo.
El día internacional para la Prevención del Suicidio invita a todas las personas a ser parte del cambio. Escuchar, acompañar y ofrecer ayuda a quienes están atravesando momentos difíciles es un primer paso hacia la prevención. Alentando la conversación y el cuidado de la salud mental, podemos contribuir a crear un mundo donde nadie sienta que está solo en su lucha.
Este 10 de septiembre, sumarse a la causa significa actuar desde la empatía y la compasión, recordando que cada vida importa y que siempre hay esperanza, incluso en los momentos más oscuros.