Se pretenden 20 años para los acusados de matar al ingeniero boliviano

Enzo Uranga y Lautaro Hernández, acusados como coautores del homicidio en ocasión de robo del ingeniero boliviano Jhon Blas Gutiérrez, podrían recibir una pena de 20 años de prisión. Esa es la pretensión punitiva de la Fiscalía, a pedido de quien ayer se confirmó la prisión preventiva hasta el juicio, que se desarrollará desde el 2 de octubre.
La revisión de la prisión preventiva que vienen cumpliendo los acusados, Enzo Martín Uranga y Lautaro Hernández, se llevó a cabo ayer en la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia, acto en el cual fueron asistidos por la defensora pública, María de los Ángeles Garro y Mauro Fontéñez, respectivamente.
La audiencia fue presidida por la juez natural, Gladys Olavarría, mientras que el Ministerio Público Fiscal estuvo representado por el funcionario, Cristian Olazábal.
En ese contexto, el acusador público solicitó el mantenimiento de la medida de coerción que pesa sobre ambos imputados, atento a que no variaron –a su entender-- los presupuestos por los cuales se les dictó la medida.
"Los peligros procesales de fuga y entorpecimiento del proceso aún persisten”, aseguró Olazábal y le recordó a la juez que la Oficina Judicial fijó fecha de inicio de juicio para el 2 de octubre, por lo que solicitó que se asegure el proceso y la presencia de los imputados en el juicio con el mantenimiento de la prisión preventiva, en razón de que son, a su criterio, con probabilidad los autores del hecho.
A ello, el funcionario agregó que se trató de un hecho de características graves y la pena que se espera como resultado del proceso es de 20 años de prisión, tal como se fijó como pretensión punitiva en la acusación pública.

LOS DEFENSORES PIDIERON LIBERTAD

A su turno el abogado Fonteñez se opuso a que se mantenga la medida de coerción de Hernández porque los 40 días que dispuso la juez fueron suficientes para cautelar el proceso. No existen elementos de prueba pendientes en virtud de que la acusación ya fue presentada. Por ello, el defensor requirió la libertad de su defendido con prohibición de acercamiento a las víctimas y, de manera subsidiaria, su arresto domiciliario.
Por su parte la defensora pública solicitó en primer lugar la libertad de Uranga, con prohibición de acercamiento a las víctimas, y de manera subsidiaria su arresto domiciliario, agregando que la Fiscalía ya reunió todos los elementos de prueba y se elevó la causa a juicio, por lo tanto los peligros procesales se desvanecieron.
Garro destacó que rige el principio de inocencia durante todo el proceso y hasta tanto una sentencia no diga lo contrario a Uranga le asiste el principio de inocencia.
Tras escuchar a las partes, la juez resolvió rechazar los pedidos de las defensas y mantener la prisión preventiva de Uranga y Hernández hasta la celebración del debate y la cesura de pena.

EL CRIMEN

Hay que recordar que el hecho por el cual serán juzgados Uranga y Hernández ocurrió el viernes 20 de enero cuando los acusados cometieron un primer robo alrededor de las 18 en un negocio de la calle Campoy al 2.600. Al lugar ingresaron pateando una puerta y una vez en el interior tomaron dos botellas de Dr. Lemon y se dieron a la fuga. La propietaria alcanzó a verlos cuando se iban, observando que uno de ellos llevaba un arma en la cintura.
Dos horas después, las mismas personas entraron a la "Tienda Rodrigo", distante a escasos metros. Actuaron como clientes comunes, se probaron ropa y calzado, y una vez con las prendas se dirigieron a la caja donde estaban el propietario del local, su esposa y su hijo Jhon, ingeniero de profesión que había pasado a visitarlos.
Uranga extrajo el arma de fuego diciendo "esto es un asalto", exigiendo la entrega de "toda la plata". La mujer le dijo que no tenían dinero y el imputado disparó al dueño del local en el muslo izquierdo y a Jhon en el pecho. Inmediatamente Uranga y Hernández escaparon con las prendas robadas.
Los heridos fueron trasladados al Hospital Regional y allí falleció Jhon Blas, por lo que el hecho se calificó como “homicidio en ocasión de robo, en concurso ideal con robo agravado por el uso de arma de fuego, en concurso real con robo simple”.

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