El acto tuvo lugar a mediodía de este miércoles en la Plaza de la Memoria inaugurada hace once años para rendir homenaje a los trece jóvenes santacruceños que fueron víctimas de la última dictadura militar, de los cuales tres de ellos vivieron en Cañadón Seco.
Además, se colocó el simbólico farol de luz que reemplaza a las ofrendas florales y se regaron plantas de Laurel, Lavanda y Laurentino que indistintamente simbolizan la victoria de la vida sobre la muerte, la memoria y la trascendencia.
MENSAJE DE REFLEXION
La alocución de Soloaga destacó que pasaron 45 años “de uno de los episodios más brutales y bestiales que recuerda la Argentina”, interrumpiendo la vida institucional y cercenando libertades y derechos humanos.