Testigos del choque concuerdan en que el marinero tenía un fuerte aliento etílico

Testigos que en la mañana del 19 de marzo del año pasado presenciaron el impacto de la Dodge Journey que conducía Gabriel López contra el VW Gol que manejaba la enfermera Sandra Méndez, describieron que antes de cruzarse de carril zigzagueó en varias ocasiones.

Con un tribunal integrado por los jueces Ivana González, Fabio Monti y María Tolomei, comenzó ayer el juicio oral y público que tiene como imputado a Gabriel López, un marinero que provocó un accidente de tránsito en la ruta entre Trelew y Rawson, con el saldo de una mujer fallecida. Los exámenes toxicológicos que le efectuaron al imputado determinaron que había ingerido bebidas alcohólicas y cocaína.

El accidente se produjo pasadas las 7 del 19 de marzo del año pasado en el acceso a Rawson por la ruta provincial 7, y durante todo el proceso judicial, López aguardó esta instancia en prisión preventiva, teniendo en cuenta que el caso en el que se encuentra involucrado tiene una expectativa de pena de hasta 25 años de prisión, por lo que existe riesgo de fuga.

Al momento de realizar su alegato de inicio del juicio oral, el fiscal general Osvaldo Heiber anticipó que logrará probar que López, de manera imprudente, provocó la muerte de Sandra Méndez, una enfermera que al momento del fuerte choque frontal, se dirigía a su trabajo en una clínica de Trelew. Se le imputa al marinero el delito de homicidio simple con dolo eventual con penas que van desde los 8 a los 25 años de prisión.

Subsidiarmente la fiscalía y la querella pedirán la imputación de homicidio culposo doblemente agravado por la ingesta de alcohol y cocaína.

Al momento de ofrecérsele expresarse ante el Tribunal, López fue muy escueto y expresó que jamás se le cruzó por la cabeza producir la muerte de la enfermera. Su abogado Matías Cimadevilla aseguró que su cliente nunca tuvo la intención de producir esas consecuencias y que se está frente a un “homicidio culposo”.

El querellante Romano Cominetti –en representación de la familia de la víctima- dio cuenta de la imprudencia con la que se condujo Méndez entre Rawson y Trelew, luego de consumir alcohol y cocaína en el local “Génesis” de Trelew, al punto tal de equivocar el camino e intentar ingresar a la base Almirante Zar donde debió ser persuadido por personal militar para retomar el camino original, hasta que produjo el accidente fatal no sin antes realizar numerosas maniobras imprudentes.

TESTIGOS

Entre los testigos se comenzaron a escuchar ayer las declaraciones de automovilistas que el 19 de marzo de 2018 observaron el choque. Entre ellos se encontraba Ivana Mercante, una mujer que junto a su padre Jorge, su pareja y un niño de 14 años transitaban detrás de la camioneta Dodge Journey que manejaba López

Dijo que antes de la colisión ya había visto a la camioneta del marinero zigzaguear de banquina a banquina, acelerando y desacelerando. “Ya a la altura de Canal 7 le pedí a mi padre que tuviera cuidado. En el ingreso a Rawson vi cómo la camioneta iba derecho hacia el WW Gol (que conducía la enfermera). No le dio tiempo a la mujer a que realizara ninguna maniobra. Fue derecho hacia el carril contrario. Después del choque me quedé todo el tiempo al lado de la mujer hasta que llegó la ambulancia. En un momento me acerque al marinero y sentí un fuerte olor a alcohol”, narró.

Respecto del accidente, la testigo dijo que estimaba que la camioneta del marinero se desplazaba a unos 120 kilómetros por hora. La mujer reconoció al marinero con claridad, sentado a su derecha en la sala de audiencias.

Mientras tanto, el testigo Jorge Mercante dijo que a unos 100/110 kilómetros por hora, alcanzó a la camioneta del marinero y que inmediatamente se percató del inminente choque contra el WW de la enfermera. “Cuando se produjo el choque estábamos a unos 30 metros detrás de la camioneta roja. Antes mi hija me había advertido del choque. Creí que también nos afectaba a nosotros. Se cruzó de manera repentina. Fuimos hasta el WW Gol y vimos muy mal a la mujer que estaba allí accidentada”, describió

Igualmente declaró la abogada Mirella Tinirello, que también fue testigo de las maniobras imprudentes de López. La mujer se dirigía hacia su trabajo en el Registro Civil de Rawson.

“(El marinero) se iba para la banquina y en un momento que nadie venía de frente, aproveché a superarlo. Me adelanté para avisar a la policía, para que lo detengan. Tuve que pasar y adelantarme por los zigzagueos que hacía. Pero en la casilla policial no había nadie. Calculo que iría a no más de 90 kilómetros por hora, porque yo ando a esa velocidad y pude pasarlo”, indicó la testigo ante la pregunta puntual del abogado defensor.

También declaró el médico de emergencia Marcelo Iluminati, que se hallaba en la guardia del Hospital Santa Teresita al momento del accidente. Dijo que la víctima “estaba aprisionada entre los hierros prácticamente agonizando, con dificultades en su respiración al punto tal que tuvimos que entubarla y viajar al hospital con alerta roja porque su pulso era además muy débil. Pero unos 20 o 30 minutos después falleció a pesar de haber puesto en marcha los protocolos para salvarle la vida”, afirmó.

Iluminatti también atendió en la guardia al marinero. “Me dijo que estaba bien y que solo le dolía la cabeza. Al momento de hacerle las preguntas noté un fuerte aliento etílico”, puntualizó.

También declaró el médico forense Diego Martínez Jacobs. Realizó un examen mental al marinero a pedido del fiscal Heiber. Concluyó en que Gabriel López “no tiene alteraciones psicológicas o psiquiátricas” y que “sus respuestas son coherentes”, tal como consta en su informe.

Asimismo declaró el bioquímico Germán Florio, del Equipo Técnico Multidisciplinario de la Procuración General del Chubut que constató el hallazgo de alcohol y cocaína en las muestras realizadas al marinero.

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