Ernesto Mallo vuelve a la novela policial con "El Perro" Lascano

El organizador del festival BAN ubica a su personaje, el comisario Lascano, en una etapa anterior a las tres novelas que lo tienen como protagonista, un tiempo cruzado por la Triple A que da lugar a una trama policial, pero que también incorpora personajes siniestros que provienen de la política y anticipan la dictadura cívico-militar.
Ernesto Mallo (La Plata, 1948) ha escrito también "Crimen en el barrio de Once", "El policía descalzo de la Plaza San Martín" y "Los hombres te han hecho mal", los títulos que hicieron conocido al 'Perro' Lascano, y es organizador de BAN, un festival que se realiza anualmente en Buenos Aires sobre novela negra. En una entrevista con Télam, el escritor desgranó las características de su personaje, que se termina de delinear con certeza en esta precuela, publicada por Grijalbo.
- Este título antecede a los tres anteriores del Perro Lascano ¿Por qué le interesó rescatar a ese Lascano primigenio?
- El tema de la Triple A fue el huevo de la serpiente de lo que sería el terrorismo de Estado a gran escala, orquestado por Videla y sus secuaces. Creo que es necesaria una revisión de ese período histórico que sentó las bases de la metodología secuestro-tortura-muerte de opositores políticos que más tarde completarían los militares con la desaparición de los cuerpos como medio de eliminar las pruebas de sus crímenes. La Triple A, por el contrario, siendo una fuerza reducida necesitaba darle publicidad a sus asesinatos, para que la intimidación pública fuera eficaz.
- El tema del nazismo como disparador de este último libro establece de entrada un vínculo siniestro de las fuerzas de seguridad con la Triple A.
- El miedo es el instrumento político por excelencia. El stanilismo, el nazismo, las dictaduras de Pol Pot, o las nuestras, recurrieron a los mismos métodos. Yo diría que entre las fuerzas de seguridad no había un vínculo, sino una integración. Los civiles que participaron de la Triple A estaban absolutamente integrados con las fuerzas policiales.

EL PERSONAJE Y LA EPOCA
- Como un contrapunto a la figura de Rolf Boll, el Perro Lascano muestra que se puede ser inmune a estas fuerzas del mal, algo más típico de la novela negra de otros países donde la policía no porta tan mala fama ¿qué piensa al respecto?
- En la época que trata la novela la Policía Federal contaba con cien mil hombres. Yo no puedo creer que entre cien mil no haya uno bueno, uno justo. Lascano representa a ese tipo de persona. Por lo general en nuestra literatura se muestra la peor parte de la institución policial, no quiero decir que no hayan hecho méritos para la fama que tienen.
Quizás sea un aspecto pedagógico inconsciente que subyace en la novela. Es muy deseable que Argentina pudiera contar con una policía cercana al ciudadano, confiable, con presencia en las calles, con agentes conocidos por los vecinos y que apunte más a la prevención que al uso de la fuerza.
- En esta precuela aparecen las características de Lascano, un joven duro pero sensible, que puede desentrañar los móviles de un supuesto suicidio ¿Esa construcción del personaje la tenía antes de sentarse a escribir los tres primeros libros?
- No, fueron armándose con el correr de la escritura. Básicamente, sus rasgos quedaron delineados en "La Aguja en el Pajar", la primera novela que escribí de la serie y ahora, en "La Conspiración de los mediocres", esos rasgos están más definidos.
- En la actualidad hay un gran interés por el género ¿A qué lo atribuye?
- La literatura no necesita probar sus fuentes, ni justificar sus historias y, como tiene un fuerte vínculo con los hechos reales, por aquello de la verosimilitud, puede contar las cosas que nadie más puede. La ficción policial es la novela social de nuestra época, la que refleja el estado de situación del crimen y una sociedad puede definirse por muchos parámetros, uno de ellos es el tipo de criminales que produce. La ley y la policía llegan siempre tarde, después de que el crimen se ha cometido. La literatura de calidad tiene algo de profético, que nos avisa lo que puede sucedernos y como forma de arte también tiene algo de redentor y todos necesitamos perdonarnos alguna cosa, si al mismo tiempo entretiene, ahí está la clave del interés que despierta.

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