El INDEC ayer informó los índices actualizados sobre inflación y los datos dejaron en evidencia la realidad que vive el país, que sufrió la mayor suba de precios de los últimos dos años.
La inflación acumulada en el primer semestre de 2018 ya es del 16 por ciento y supera la meta que había previsto inicialmente el Gobierno para todo el año. Los alimentos, con un incremento del 5,2%, encabezaron la escalada. La fuerte aceleración de los precios se explica por el impacto de la devaluación.
La inflación de junio se ubicó en un 3,7 %, informó el INDEC, empujada por alimentos y bebidas, transporte, combustibles, prepagas y equipamiento para el hogar. La fuerte aceleración de los precios se explica por el impacto rezagado de la devaluación de mayo y la propia suba del dólar en junio, junto con la suba de precios puntuales sobre los que el Gobierno tiene injerencia, como el transporte público, las naftas y la medicina prepaga.
En sólo seis meses, los precios subieron un 16% frente al mismo período de 2017, lo cual supera a la antigua pauta del 15% que el Banco Central había definido para todo el año. La comparación del mes pasado frente a junio de 2017 arroja un alza del 29,5%, que se acerca a la estimación superior al 30% que se espera para finales de año.
Un dato saliente de junio (que ya se había registrado en mayo) es que la inflación no estuvo impulsada por los servicios públicos, aunque estos realizaron su contribución a la presión de los precios. En cambio, la tracción principal de la inflación estuvo dirigida por el llamado “IPC-Núcleo”, que son aquellos precios estructurales a los que el Gobierno venía apelando para justificar un supuesto control sobre el ritmo de la inflación. En junio, el IPC-Núcleo subió un 4,1 por ciento como respuesta a la fuerte suba del dólar.
ALIMENTOS CON UN FUERTE INCREMENTO
El rubro de alimentos y bebidas subió el mes pasado un 5,2%, mientras que transporte lo hizo en un 5,9% por la suba de los colectivos y el tren, y el avance de la nafta. Salud subió 4,3% por un nuevo incremento en la cuota de las prepagas, y equipamiento del hogar, un 4%.
Según un análisis de La Nación, la harina, la lechuga y los huevos se encuentran entre los tres bienes que más aumentaron en estos seis meses. Y para mostrarlo de la mejor manera lo explicó con un ejemplo.
Es que quien iba con $340 al supermercado a inicios de este año, podía llevarse 11 productos esenciales, entre los que se encontraba un kilo de asado, una docena de huevos, un kilo de harina y un litro de lavandina. Pero seis meses después, esa misma cantidad de dinero alcanza para cuatro productos menos. Así, siguiendo ese ejemplo, quienes quisieron ir a pagar con $340 al supermercado debieron dejar de lado el pan francés, el arroz, la harina y los fideos secos.
En esa línea, quien quiera llevarse hoy la totalidad de los 11 productos, deberá desembolsar $461,50, es decir, casi un 36% más.
El consumo masivo lleva dos años de caída (4% en 2016 y 1% en 2017) y este año la tendencia no parece revertirse.