El gobierno argentino supo con seis días de anticipación que se preparaba el golpe en Bolivia. Luis Fernando Camacho convocó a una reunión a los representantes diplomáticos de los consulados de Santa Cruz de la Sierra.
La reunión que originalmente iba a hacerse el viernes 1° de noviembre pasó al lunes 4. Ese día se reunió con los representantes locales de la Argentina y de España.
Pidió asilo al consulado argentino ante un eventual fracaso de lo que llamaba insubordinación civil. Asilo que el consulado no podía brindar porque la atribución le correspondía a la embajada en La Paz. Pero en ese contexto, les dijo que 48 horas más tarde las Fuerzas Armadas iban a entrar en la casa de gobierno.
UNA LOCURA
La información quedó volcada en un cable que el consulado argentino envió a la Cancillería. Y de acuerdo a información de primera mano obtenida por El Cohete A La Luna, los dos cónsules buscaron disuadir al fanático empresario de lo que consideraban una locura. Bajo esa perspectiva quienes intervinieron del encuentro creyeron haberlo convencido.
Las Fuerzas Armadas de Bolivia estaban encabezadas hasta el domingo 10 por el general Williams Kaliman, cercano al Presidente. Hasta último momento Kaliman no se pronunció sobre la situación cada vez más grave del país. Primero emitió un comunicado. Después se mantuvo en silencio hasta que, al final, sugirió la renuncia del Presidente.
El director ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, Alfredo Serrano, que siguió de cerca los acontecimientos en Bolivia, explicó en estos días que es muy probable que al interior de las FFAA hubiera división, y todavía la haya.
Pese a las presiones ejercidas primero por Camacho para la sublevación con movilizaciones de miles de personas en las calles, “las Fuerzas Armadas tuvieron varias horas de desconcierto, no se aprovecharon del vacío institucional y en ningún momento asumieron el control de las riendas del país. Esto no les exime de responsabilidad porque se fueron acoplando al tsunami golpista”, dijo.
“A partir de ahora veremos qué ocurre porque la partida aún no está cerrada. Hasta el momento, la autoproclamada Presidenta ha cambiado al comandante de las Fuerzas Armadas, lo cual quiere decir que no se fía del anterior ni de su ascendencia sobre otros mandos intermedios”.
El viernes a la noche, la partida parecía comenzar a perderse. Bajo el mandato de Áñez, los militares asesinaron a unos 20 manifestantes en Cochabamba.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos difundía en su sitio oficiales los videos que se viralizaron de la represión con los muertos y decenas de heridos. Y describía un “uso desproporcionado de la fuerza policial y militar”.