River y Flamengo jugarán la final de la Copa Libertadores en Lima

Por la crisis social en Chile, Conmebol decidió, junto a los presidentes de los clubes, mudar el partido a Perú. Se disputará el sábado 23 de noviembre.

Conmebol dio marcha atrás y, pese a que la semana pasada había ratificado la ciudad de Santiago como sede de la gran final de la Copa Libertadores, entró en razón. Más vale tarde que nunca. Por el grave estallido social que atraviesa, Chile no está preparado para albergar el partido entre River y Flamengo, que finalmente se jugará en Lima, Perú, el sábado 23 de noviembre. A contrarreloj, comienzan días clave para mudar la organización.

Los presidentes de River y de Flamengo se reunieron este martes en Luque, Paraguay, por invitación de la Conmebol para "revisar los aspectos" de la final de la Libertadores. Tras más de cinco horas, decidieron todos el cambio de escenario. La Conmebol hizo oficial la información poco antes de las 20 de la Argentina.

"Nuevas circunstancias de fuerza mayor y orden público, analizadas y evaluadas con prudencia, considerando la seguridad de los jugadores, del público y de las delegaciones, motivaron la decisión de llevar la final de la Copa Conmebol Libertadores 2019 a Lima, Perú, y mantener la fecha del 23 de noviembre", publicaron desde la Confederación Sudamericana de Fútbol. "Lima era la opción más viable", confirmó el presidente de la entidad, Alejandro Domínguez. Marcos Braz, vice de Flamengo, fue el primero en publicar la información en las redes sociales.

Participaron de la reunión privada, además, autoridades de las asociaciones de fútbol de Brasil, Argentina y Chile. "CONMEBOL ha invitado a los presidentes de los clubes finalistas de la Libertadores, a los presidentes de las asociaciones de Argentina, Brasil y Chile, a una reunión el martes 5 de noviembre, con el objetivo de revisar todos los aspectos de la organización de la Final Única", había anunciado el lunes en un comunicado la máxima autoridad del fútbol sudamericano. Desde entonces, se adivinaba el cambio de sede.

La semana pasada, el Gobierno chileno ratificó su voluntad de que la final de la Copa Libertadores se dispute el 23 de noviembre en Santiago, pese a la crisis política y social que vive el país desde hace más de dos semanas. La nueva ministra de Deportes, Cecilia Pérez, dijo entonces que le transmitió al presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, la "firme voluntad y compromiso" del Gobierno para que el duelo entre el River y el Flamengo se realice en el Estadio Nacional de la capital, algo que quedó descartado.

La cancelación de las cumbres del APEC y la COP25 anunciada la semana pasada por el presidente chileno, Sebastián Piñera, debido a las protestas había sembrado dudas sobre la realización de la final de la Copa Libertadores 2019. Además, la inestabilidad social provocó que la Conmebol suspendiera unos días atrás la Copa América de Fútbol Sala que debía celebrarse en la ciudad chilena de Los Ángeles entre el 23 y el 30 de octubre.

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